Los mejores alimentos antiinflamatorios para disfrutar estas Navidades

verduras navidad

Las Navidades están llenas de familia, amigos y muchas exquisiteces. Con las comidas más sustanciosas, los turrones, los polvorones, el alcohol en cada esquina, a menudo nos encontramos comiendo más de la cuenta y sintiéndonos fatal (tanto física, como mentalmente).

No me entiendas mal, yo soy la primera que disfruta del turrón de chocolate o del tronco de navidad que preparamos para Nochebuena. Me lo como a conciencia, disfrutándolo a tope y sin sentirme culpable.

Pero es cierto que estas semanas que se aproximan, si nos dejamos llevar, no nos priorizamos y no sabemos poner límites acabaremos comiendo más carbohidratos refinados y alimentos procesados que durante el resto del año. Estos ingredientes pueden hacer que te sientas hinchada y que te encuentres mal.

Si no quieres que ese dolor de estómago, esas digestiones pesadas, la artritis, el hipotiroidismo, o el síndrome premenstrual protagonicen tus Navidades, te animo a añadir alimentos antiinflamatorios a esos platos navideños. Porque se puede disfrutar del turrón a la vez que progresas en tus objetivo de salud. Te sentirás mucho mejor y entrarás en el Nuevo Año con las hormonas felices 😉

¿Qué alimentos priorizar para unas Navidades Antiinflamatorias?

Frutos secos

Las nueces son ricas en ácidos grasos omega-3 que se sabe que tienen beneficios antiinflamatorios y saludables para el corazón.

Muchas veces me preguntáis si es mejor comerlos crudos, tostados, remojados… La verdad que no hay una respuesta perfecta, pues depende de muchas cosas. Es adecuado comerlos de cualquier modo, pero yo soy partidaria de consumirlos mejor tostados.

Por sabor, a mi personalmente me gustan más. Pero también porque desactivamos los antinutrientes que tienen y que roban minerales. Además se ha visto que tienen un mayor efecto beneficioso en la microbiota intestinal. Pero ojo no te pases tostándolas demasiado porque si no oxidas sus grasas y estarás expuesta a las acrilamidas cancerígenas del quemado.

Ahora en fiestas dales un toque más especial tostándolas con un poquito de romero, serán un aperitivo fantástico para estas fiestas.

Incorpora frutos secos a tus ensaladas, salteados e incluso a la avena en el desayuno. Te ayudará a sentirte saciada saciado durante más tiempo y mantener a raya la inflamación. Saltea unas judías verdes o unos espárragos con ajo y almendras es un acompañamiento ideal al clásico pavo, rosbif, cordero o pato en tu mesa navideña.

dieta antiinflamatoria

Ajo y hojas verdes

No son solo las almendras de la guarnición que ayudan a reducir la inflamación; el ajo y las verduras verdes son otros dos ingredientes que harán que te sientas bien durante la Navidades. Aprovecha y haz la ensalada con alguna hoja tipo espinaca baby, col rizada, endivias o berros, están llenas de fitonutrientes y antioxidantes que ayudan a proteger nuestro cuerpo contra el daño celular.

Algunas ideas:

Chips de kale

Coles de Bruselas con naranja

Más pescado y menos carne roja

Comemos demasiada carne roja y estas pueden provocar inflamación. Te sugiero que optes por tu pescado azul favorito. Pescados como la caballa, el salmón, e incluso las sardinas son ricos en ácidos grasos omega-3. Si no, por supuesto también son buenas opciones los pescados blancos tipo rodaballo, dorada, lubina… Sírvelos con shiitake por ejemplo que se ha demostrado que sus compuestos fenólicos reducen la inflamación y regulan el sistema digestivo.

Si quieres poner carne si o si, opta por una carne más magra. El clásico pavo sería una muy buena opción. Si uno entero es demasiado grande, elige la pechuga, a la sal queda jugosa y riquísima!

Este año, llena tu mesa navideña con alimentos de verdad. Muchas frutas frescas, verduras de hoja verde, nueces, pescado y aceite de oliva te permitirán celebrar y disfrutar las fiestas sin indigestiones, sin confusión mental ni dolor en las articulaciones.

Sentirse bien esta temporada navideña está a solo unas pocas recetas de distancia.

Si quieres saber más sobre cómo puedes llevar una alimentación antiinflamatoria, echa un vistazo mi ebook Vida Antiinflamatoria. También puedes enviarme un email a hola@mariallamas.com o dejar un comentario. ¡Sígueme en Instagram!

Cómo potenciar la fertilidad de forma natural

potencia la fertilidad

Actualmente muchas parejas tienen dificultades para quedarse embarazadas.

Si estás en esta situación o has estado ahí o conoces de alguien que está pasando por ello, sabrás cómo de devastadores pueden ser los efectos de infertilidad.

Mientras que los problemas para quedarse embarazada están en aumento (gracias tóxicos, gracias anticonceptivos, gracias estrés), lo bueno es que se puede contrarrestar los efectos dañinos de estos obstáculos de forma sencilla y natural.

Ya sea que estás intentando activamente quedarte embarazada o sueñas con ser madre en un futuro, puede seguir estos consejos para potenciar tu fertilidad.

Lo mejor, es que cualquier paso que des para mejorar de forma natural tu fertilidad y equilibrar tus hormonas, hará que mejore tu salud en general de muchas formas. menos dolores premenstruales, más energía, mejor humor, piel radiante, pelo más fuerte, mejor descanso…

Pasos para optimizar la ovulación y potenciar tu fertilidad

1. Registra tu ciclo menstrual

Si quieres optimizar tus hormonas y tener más probabilidades de quedarte embarazada, necesitas comenzar a registrar y entender tu ciclo menstrual. Haciéndolo podrás calcular tus días fértiles.

Hay 4 fases, y mientras la fase ovulatoria es tu ventana fértil, todas las fases son importantes y necesarias para que se de un embarazo.

Puedes utilizar una aplicación para registrarlo, es sencillo y te permite ver claramente si hay algún patrón o desequilibrio. Es importante que registres la temperatura basal, que se incrementa ligeramente después de la ovulación y mantenerse alta hasta que comiences la menstruación. Observa el moco cervical, cambia en función de la fase del ciclo, puede ir desde más seco, a más cremoso o gelatinoso.

2. Practica sexo más a menudo

Para incrementar la probabilidad de quedarte embarazada, deberías tener relaciones sexuales una vez cada dos días durante la ventana fértil (2 días antes de ovulación, 2-3 días durante ovulación, 2 días después de la ovulación).

3. Evita lubricantes convencionales

Pueden disminuir la motilidad y disponibilidad del esperma. Si necesitas una opción más segura, prueba un mezcla de aceites minerales.

potenciar la fertilidad

4. Disminuye el consumo de cafeína y alcohol

Si puedes, es interesante moderar o limitar el consumo de cafeína y alcohol durante la fase ovulatoria.

Tus niveles de estrógenos están en sus máximos y tu hígado necesita todo el apoyo posible para elimínalos adecuadamente (verduras como la remolacha, brócoli o las acelgas te ayudarán). Si tu hígado se satura, lo que pasará será que el estrógeno volverá de nuevo a tu torrente sanguíneo, dando lugar a una dominancia estrogénica, sinónimo de síndrome premenstrual intenso y dificultad a la hora de quedarte embarazada.

5. Come alimentos densamente nutritivos

De forma habitual! Como los estrógenos están por las nubes en la fase ovulatoria, es interesante comer alimentos que ayuden a la desintoxicación del hígado.

Crucíferas como las coles de Bruselas, brócoli, kale, col, coliflor, acelgas serán tus mejores amigas en esta fase del ciclo. Puedes disfrutarlas en un batido verde como este.

Ligeras pero nutritivas opciones como la quinoa, arroz integral, frutos rojos, pescado azul son también geniales durante este periodo, pues tu apetito tiende a suprimirse, pues tus hormonas pasan de «alimentarse y buscar comida, al modo deseo sexual).

Evita alimentos pesados que te dejan sin energía y te quitan el buen humor.

6. Añade adaptógenos

Maca es conocida por incrementar la líbido y la fertilidad.

Trébol rojo ayuda a incrementar el flujo cervical y lubricar de forma natural. Puedes tomarlo en infusión.

Shatavari, potencial la producción de LH (hormona luteinizante que ayuda a regular el ciclo menstrual y la producción de óvulos ). También mejora la líbido durante la ovulación. Tómalo en infusión durante la menstruación o hasta que la ovulación comience, luego para hasta el siguiente ciclo.

7. Practica ejercicio

La fase ovulatoria es ideal para practicar ejercicio de alta intensidad, pero asegúrate de reducir el ritmo después de esta fase, pues el cuerpo necesita energía para una posible implantación.

En esta fase puedes sentir un poco de molestia en la zona del bajo abdomen, baja espalda, posturas de yoga de apertura de caderas pueden ayudarte.

8. Hidrátate

El moco cervical, el cual ayuda al esperma a encontrar el óvulo, disminuye cuando no bebes suficiente agua. Tu digestión se ralentiza en esta fase y puedes sentirte más hinchada. Por lo que hidratarte bien puede ayudar a que todo esté en equilibrio y potenciar la fertilidad.

9. Minimiza la exposición a tóxicos

Tanto tu como tu pareja, pues también afecta a la fertilidad masculina, deberíais evitar fumar y minimizar la exposición a tóxicos si quieres quedarte embarazada. Estos tóxicos disminuyen el número y calidad de los espermatozoides, actúan como disruptores endocrinos y están unidos al incremento de abortos o embarazos ectópicos.

Algunas formas de reducir la exposición a toxinas es comenzar a utilizar tuppers de cristal en vez de plástico, comprar orgánico si es posible y busca por productos de limpieza, cosmética e higiene más naturales.

Mientras que tener relaciones sexuales durante la fase ovulatoria es esencial para quedarse embarazada, entender cómo funciona tu cuerpo y tus hormonas durante esta fase fértil, te permitirá potenciar la fertilidad e incrementar las posibilidades de quedarte embarazada.

Espero hayas encontrado este artículo de ayuda. Si necesitas un apoyo más personalizado no dudes en escribirme un email a hola@mariallamas.com

Fórmula de batidos para tus hormonas

Como dietista y foodie, me tomo mis batidos muy en serio. Sí, porque no solo pienso en un batido rico y delicioso si no que aprovecho la oportunidad para cargarlos bien de nutrientes que además favorezcan el buen funcionamiento de mis hormonas.

Un batido hormone-friendly debe seguir las siguientes premisas:

  1. Contener una buena variedad de nutrientes que mantengan el azúcar en sangre estable, que optimice el funcionamiento de mis hormonas y que me deje saciedad.
  2. Debe evitar azúcares refinados, químicos u otros ingredienets inflamatorios que desequilibren el equilibrio hormonal.
  3. Debe ser rico, cremoso y delicioso, si no, ¿qué sentido tiene?

Te preguntarás, me parece estupendo, pero ¿cómo puedo añadirlo a mi batido?

Muy sencillo, más que tener una receta concreta de batido, me gusta seguir una fórmula, una guía de componentes que me permita ser flexible y poder adaptarla a los ingredientes de temporada, a los que tenga disponibles o a los que más me apetezcan, y que aun así promulgue con esos principios básicos.

Estos son los pasos que hago para prepararme un delicioso batido que le guste a mis papilas gustativas y a mis hormonas también:

Fórmula de batidos que regule tus hormonas

Utiliza una bebida vegetal de calidad o agua de coco.

Los aceite de girasol, de colza o de soja son de los más utilizados en las bebidas vegetales comerciales, pero lamentablemente son aceites inflamatorios y disruptores endocrinos. Además solemos encontrar entre sus ingredientes emulsionantes como la lecitina de soja o gomas (guam o aguar) para darle textura y alargar la vida útil del producto.

Te animo a leas las etiquetas antes de comprarlas y busques por opciones de bebidas vegetales de mejor calidad, a mi me gustan algunas de la marca Ecomil, Oatly o Monsoy. Si ves que tienen azúcares añadidos o ingredientes raros, evítalas.

Por supuesto, siempre puedes preparar el batido para tus hormonas con tu propia bebida vegetal u optar por utilizar agua de coco o agua natural.

Añade una buena fuente de proteína, grasa y fibra

Si quieres que tu batido sea nutritivo y equilibrado, además de optimizar la salud de tus hormonas, debes asegurarte que tiene buenas fuentes de proteína, grasa y fibra.

Esta combinación aporta a tus hormonas los macronutrientes que necesita para funcionar mejor, además de que ayuda a mantener el azúcar en sangre estable. Por otro lado también hace que tus intestinos envién la hormona CCK y hormona de saciedad, para que tu cuerpo se de cuenta de que estás llena y te aporte energía durante las siguientes horas.

Como fuente de proteína puedes optar por colágeno o proteínas en polvo a base de cáñamo, guisante o garbanzos. Para aportar una buena dosis de grasa saludable añado aguacates, frutos secos, semillas o cremas de estos. Y para un extra de fibra añade semillas de lino, chía o prebióticos en polvo.

Incorpora verduras, frescas o congeladas

Además de incorporar fibra también te ayudarán a incrementar la ingesta total diaria de verduras (es una excelente forma de añadirlas a tu día a día sin que te des cuenta).

Nos proporcionan antioxidantes, fitoquímicos que previenen de la inflamación, reducen los niveles de estrés. También nos aportan micronutrientes necesarios para nuestro intestino, que está directamente unido a nuestra función hormonal.

Me gusta tener diferentes opciones en el congelador listas para utilizar. Hoja verde como espinacas, kale, pero también brócoli, coliflor (no te preocupes que no afectará al sabor), calabacín, zanahoria, remolacha, boniato, calabaza o pepino.

Añade fruta

Generalmente los batidos que pedimos en cualquier bar o que encontramos en el super, están cargados de demasiada fruta y a veces hasta de azúcares. Lo hacen para añadirle ese toque super dulce para atraer a nuestras papilas gustativas. Pero demasiado tanta fruta (puede llegar hasta 3 y 4 piezas de fruta por batido) puede alterar nuestro azúcar, que produzcamos más cortisol y estrógenos (hola dolor menstrual!)

En vez de basar tu batido en solo fruta, opta por una pequeña cantidad, por ejemplo medio plátano o un puñado de arándanos.

Añade ingredientes que mejoren tu salud intestinal

Esta parte no es esencial, pero puede hacer que tu batido sea mucho más rico y divertido, además de aportar un extra de nutrientes.

Yogur de coco con sus probióticos que ayudan a nuestras buenas bacterias intestinales, además de polen de abeja que ayudan al metabolismo y la función tiroidea.

Potencia con super alimentos

Me gusta centrarme en lo esencial, que suele ser lo más económico, accesible y realmente importante. Pero porqué no, si podemos también está la posibilidad de utilizar esos super alimentos en ocasiones concretas o puntuales.

Cúrcuma para reducir inflamación, canela para equilibrar el azúcar en sangre, jengibre. También adaptógenos como maca, ginseng, ashwagandha, açai, reishi, maca, cacao o una mezcla de varios, este para estrés y apoyar tu función adrenal va muy bien.

Batidos para tus hormonas

Recetas de deliciosos batidos para tus hormonas

Ahora que tienes todos los pasos para crear tus propios batidos para tus hormonas felices, te dejo aquí mis recetas favoritas que te ayudarán a comenzar.

¿Por qué tengo infecciones urinarias?

infecciones urinarias recurrentes

Tener una infección urinaria (ITU) es una m, pero ¿sabes que es peor todavía? Tener infecciones urinarias una y otra vez. Sí, porque se pueden sufrir infecciones urinarias de forma crónica, y créeme que es muy incómodo. Quien las sufre, sabe de lo que hablo, visitas al baño constantemente y es bastante doloroso.

Desafortunadamente, muchas mujeres sufrimos de infecciones urinarias. De hecho, alrededor del 50 al 60 por ciento de las mujeres tienen al menos una en su vida y alrededor de un tercio de las mujeres requerirán tratamiento con antibióticos para una ITU a la edad de 24 años y muchas mujeres sufren de infecciones urinarias recurrentes.

Esa es la mala noticia. La buena noticia es que hay bastantes cositas que puedes hacer no solo para aliviar los síntomas de una UTI, sino también para reducir la probabilidad de necesitar antibióticos e incluso para prevenir que ocurran en primer lugar.

Infecciones urinarias recurrentes

¿Qué es una ITU?

Una ITU es una infección en cualquier parte de su tracto urinario. La infección generalmente comienza cuando las bacterias que normalmente se encuentran en los intestinos entran en la uretra, de donde sale la orina. En lugar de que la orina elimine las bacterias o que tu sistema inmunológico se defienda como se supone, las bacterias comienzan a colonizar el tracto urinario.

Llamamos cistitis a aquellas infecciones que permanecen en la vejiga, y uretritis a las que se dan en la uretra.

A veces, una ITU sigue reapareciendo, lo que se denomina ITU recurrente o ITU crónica. «La mayoría de la gente diría que una verdadera infección urinaria recurrente es cuando la sufres dos veces en seis meses o tres en un año».

¿Sabías que tenemos un microbioma urinario?

Seguramente hayas oído hablar del microbioma o microbiota intestinal, pero qué pasa con nuestro sistema urinario? Pues que tiene su propia microbiota.

El microbioma urinario está formado por diferentes especies de bacterias y puede diferir según la edad y el sexo. Los hombres tienen más probabilidades de tener Corynebacterium, similar al microbioma de la piel, mientras que un microbioma urinario femenino es más probable que tenga la bacteria Lactobacillus, similar al intestino.

Todavía no se sabe a ciencia cierta, pero estudios están demostrando que las infecciones urinarias se producen por una alteración de la microbiota urinaria. Esta alteración también puede provocar incontinencia urinaria.

Si quieres mantener tu microbioma urinario saludable

¿Cómo se mantiene sano el microbioma urinario?
Si te preocupa la salud de tu vejiga, se recomienda trabajar con un urólogo, un ginecólogo o un médico de atención primaria para encontrar un curso de acción personalizado. Los antibióticos a menudo se recetan a pacientes con infecciones del tracto urinario, y la uróloga Vannita Simma-Chiang, M.D., también recomienda opciones de tratamiento sin antibióticos, como suplementos de arándano o d-manosa.

Algunos estudios sugieren que los probióticos, en particular los que contienen Lactobacillus, pueden ser beneficiosos para las mujeres con infecciones urinarias recurrentes. * Aunque se necesitan más investigaciones, esto proporciona evidencia anecdótica de que los probióticos pueden ayudar a equilibrar la disbiosis en el microbioma urinario (o al menos en el microbioma vaginal), ya que lo hacen en el intestino. *

Síntomas recurrentes de las infecciones urinarias

¿Cómo saber si sufres una infección urinaria? Lo más probable es que sufras alguno de estos síntomas:

  • Unas ganas constantes y muy intensas de orinar
  • Una sensación de ardor al orinar
  • Orinar con frecuencia, en pequeñas cantidades
  • Orina turbia
  • Orina que parece roja, rosa brillante o marrón
  • Orina de olor fuerte
  • Dolor pélvico, especialmente en el centro de la pelvis y alrededor del hueso púbico.

Si la infección asciende por el tracto urinario y resulta en una infección renal, puede causar síntomas como fiebre alta, escalofríos, náuseas, vómitos y dolor en el costado.

Generalmente se diagnostica mediante una análisis de orina que presentará glóbulos blancos, glóbulos rojos o bacterias alterados.

Para saber exactamente qué bacterias están detrás de la ITU, hay que hacer un cultivo de orina. En caso de infecciones recurrentes se puede hacer una ecografía, una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética (IRM) o incluso un tinte de contraste para resaltar partes de tu tracto urinario. Y por último se puede solicitar una cistoscopia, un tubo largo y delgado con una lente (llamada cistoscopio) que permite ver el interior de la uretra y la vejiga.

¿Por qué sufrimos infecciones urinarias crónicas?

Aunque todavía no se sabe a ciencia cierta por completo, se sugiere que un microbioma urinario alterado puede ser responsable del desarrollo de infecciones del tracto urinario (ITU), principalmente en las mujeres.

La causa más común de las infecciones urinarias son las bacterias, principalmente Escherichia coli, que son responsables de alrededor del 80 al 85% de todas las infecciones urinarias, pero los virus y hongos también pueden causar una infección. Hay un montón de razones que pueden causar infecciones crónicas, pero estas son las más comunes:

1. Ser mujer

Sí, tener vagina no nos ayuda. La razón es sencilla: la bacteria E. coli, que causa la mayoría de las infecciones urinarias, está presente de forma natural (y sana) en el tracto gastrointestinal (y en las heces), pero puede causar una infección si llega al tracto urinario. La anatomía genital femenina favorece que esta pueda viajar más fácilmente y rápidamente hasta el tracto urinario, pues la distancia entre el ano y la uretra es más pequeña que en el hombre. De ahí que seamos las mujeres las que sufrimos más de este tipo de infección.

2. Ser sexualmente activo.

Ser sexualmente activo es un factor de riesgo de infección urinaria. La penetración vaginal puede empujar algunas bacterias hacia el área uretral. De ahí la importancia de una buena higiene genital tras practicar sexo.

3. Estar en la menopausia.

Esto se debe a la disminución de estrógenos que sucede durante la menopausia. Esta deficiencia altera el tracto urinario de una manera que puede aumentar el riesgo de infecciones urinarias.

4. Ciertas condiciones médicas.

Si eres de las que presumes de que puedes aguantar mucho tiempo sin hacer pipí, lamento decirte que tienes más posibilidades de sufrir una infección urinaria. La orina estancada puede permitir que las bacterias causen infecciones.

Personas con una lesión en la médula espinal o daño en los nervios alrededor de la vejiga que pueden tener problemas para vaciar la vejiga, o alguien con un cálculo renal que bloquea el flujo de orina, también se verá afectado.

Otro ejemplo común es la diabetes, por tener un sistema inmunológico más débil, hace que se sea más susceptibles a las infecciones. Además, las bacterias pueden alimentarse de las cantidades excesivas de azúcar.

5. Ser propenso a las infecciones urinarias.

Por cuestiones genéticas, o herencia puedes ser más susceptible a infecciones urinarias.

Prevención y tratamiento de las infecciones urinarias recurrentes

Generalmente se recetan antibióticos para solventar esas infecciones esporádicas. Por lo general, una infección urinaria no es un gran problema y desaparece con antibióticos, pero si tienes infecciones urinarias recurrentes, tu médico puede sugerirte antibióticos en dosis bajas de manera regular. Pero hay que tener cuidado pues tomar antibióticos durante tanto tiempo puede causar efectos secundarios y alterar tu microbioma intestinal, lo que puede sabotear tu digestión, tu estado de ánimo, tus niveles de energía e incluso tu sistema inmunológico. Por lo que antes de zambullirte con los antibióticos de por vida, te recomiendo probar cambios en tu estilo de vida para prevenir infecciones urinarias recurrentes.

Lo mejor, es enfocarnos en la prevención, para así evitar estas infecciones tan molestas.

Hidrátate y vacía la vejiga con frecuencia

Puede parecerte demasiado simple. Pero la verdad es que beber suficiente agua y orinar de forma regular puede ayudar a eliminar las bacterias del tracto urinario y prevenir infecciones.

Además es aconsejable orinar especialmente después de mantener relaciones sexuales, pues con la penetración, se introducen bacterias que pueden llegar al tracto urinario. Si orinas después, ayudas a eliminar esas bacterias antes de que lleguen a tu vejiga.

Límpiate de adelante hacia atrás.

Así mantendrás la zona limpia y lejos del contacto de bacterias

Cámbiate de ropa interior a menudo

Especialmente después de un entrenamiento físico, de sudar mucho o de darte un baño en la piscina o en la playa.

Cambia tu anticonceptivo

Algunos métodos anticonceptivos, como preservativos tratados con espermicida, o diafragmas pueden incrementar la posibilidad de tener infecciones.

Evita productos de higiene femenina

Este tipo de productos pueden irritar tus genitales e incluso alterar tu pH vaginal y tu microbioma urinario, incrementando el riesgo de infecciones urinarias

Estrógenos

Si es menopáusica, estimular la producción de estrógeno es una opción para reducir la probabilidad de infecciones urinarias recurrentes.

Alimentación basada en plantas

Una alimentación más basada en plantas ha demostrado disminuir el riesgo de infecciones urinarias. La bacteria E. coli mencionada anteriormente, suele provenir de carne y ave, por lo que siguiendo una alimentación reducida en carne, evitas el riesgo. Si necesitas ayuda para hacer la transición a una alimentación más vegetariana, no dudes en escribirme a hola@mariallamas.com

Probioticos

El uso de probióticos puede mejorar tu sistema inmunológico, lo que puede ayudarte a prevenir infecciones, incluidas las infecciones urinarias. De hecho, un estudio encontró que tomar la bacteria beneficiosa Lactobacillus ayudó a reducir las infecciones urinarias recurrentes en un grupo de mujeres en aproximadamente la mitad.

Además de los suplementos, Incluye en tus platos más alimentos que te aporten una dosis de bacterias buenas, ayudando a fortalecer tu microbiota interna. Los encontrarás en alimentos fermentados como kimchi, sopa de miso, kéfir, kombucha o chucrut.

D-manosa

La D-manosa es un azúcar natural que se encuentra en alimentos como manzanas, arándanos y arándanos. La D-manosa es eficaz para prevenir las infecciones urinarias porque se sabe que se une a la bacteria E. coli (la causante de más del 80% de las infecciones urinarias) Y se asegura de que se eliminen a través de la orina, en lugar de adherirse a las paredes del tracto urinario. Un estudio probó los efectos de 2 gramos de D-manosa en polvo en 200 ml de agua al día durante 6 meses y encontró que redujo significativamente la incidencia de infecciones urinarias recurrentes y tiene menos efectos secundarios que los antibióticos comúnmente usado para las infecciones recurrentes.

Puede tomar D-manosa a diario en un vaso de agua para prevenir las infecciones urinarias; o, si sufres actualmente de una, puedes incrementar la dosis a una par de veces al día.

Arándanos rojos

Todavía no hay estudios sólidos respecto al tema, pero algunos dicen que los arándanos rojos contienen unas sustancias llamadas proantocianidinas, o PAC, que pueden ayudar a evitar que las bacterias se adhieran al revestimiento del tracto urinario y la vejiga, previniendo así las infecciones.

Personalmente, creo que el contenido de vitamina C del arándano y el contenido de D-manosa hace que tenga sentido utilizarlo como método de prevención de infecciones urinarias, así que si te funciona, sigue tomándolo. Puedes optar por tomarlo en zumo (sin azúcares añadidos) o también en suplemento.

Si contraes una infección urinaria, trata de no estresarte (¡esto solo empeorará la situación!). Prueba con D-manosa, un probiótico, asegúrate de una buena higiene íntima y coloca una almohada térmica en las áreas doloridas. También evitar los alimentos que irritan la vejiga, como el alcohol, la cafeína y los alimentos picantes y ácidos, y, por supuesto, beber mucha agua.

Las infecciones urinarias recurrentes requieren un enfoque de medicina verdaderamente funcional porque si no se tratan, pueden convertirse en una infección grave. Apuesta por hábitos que la prevengan, curen las puntuales y si fuese necesario recurre a los antibióticos.

¿Cómo afecta tu salud intestinal a tu desequilibrio hormonal?

desequilibrio hormonal

Ya he hablado anteriormente de la importancia sobre la salud digestiva y la salud hormonal. Pero ¿sabías que hay una conexión entre ambas y que el estado de una depende del de la otra y viceversa?

De hecho muchos desequilibrio hormonal comienzan en el intestino. Nuestra microbiota intestinal:

  • Alberga el 70-80% de nuestro sistema inmune, y si está inflamado puede ocasionar patologías autoinmunes o desequilibrios hormonales.
  • Contiene estroboloma, un grupo de bacterias responsables de metabolizar y eliminar los estrógenos del cuerpo.
  • Absorbe nutrientes para poder sintetizar hormonas.
  • Ayuda con la eliminación de toxinas y químicos para que haya un equilibrio hormonal.
  • Mantiene a raya los niveles de azúcar en sangre, esencial para que nuestras hormonas estén en equilibrio.
desequilibrio hormonal

¿Cómo afecta un intestino poco sano a tus hormonas?

Como has visto, nuestro intestino puede hacer cosas maravillosas cuando nuestra microbiota está en equilibrio. Pero en la vida moderna, estamos expuestas a montones de toxinas, químicos, alimentos procesados, medicinas, alcohol, estrés… que pueden echar al traste ese equilibrio, causando la conocida disbiosis, o que nuestras bacterias estén en desequilibrio.

Cuando esto ocurre podemos sufrir:

  • Intestino permeable: los nutrientes no son bien absorbidos y moléculas grandes atraviesan la pared intestinal causando inflamación, intolerancias, sensibilidad a la comida. Esto provoca una respuesta inmune que si no se trata puede llegar a provocar una falta de ovulación o que no produzcamos suficiente progesterona (infertilidad), que los estrógenos o testosterona estén sobre estimulados (reglas dolorosas, SOP, endometriosis) o pueden dificultar el funcionamiento de la tiroides (metabolismo, temperatura basal, cambios de humor…)

  • Deficiencias nutricionales derivadas de la mala absorción de los alimentos. Esta falta de vitaminas o minerales son las causas de algunos desequilibrios hormonales.

  • Mala conversión de la tiroides y estreñimiento: necesitamos una flora intestinal saludable para que consigamos suficiente T3, la forma activa de la tiroides que necesitamos para estar enérgicas, para un buen metabolismo, calor corporal y un sistema reproductivo estable (entre muchas otras cosas). Si tu intestino no está bien, puedes sufrir síntomas de hipotiroidismo incluso cuando tu tiroides está sana. Esto también provoca estreñimiento.

  • Exceso de estrógenos: el estroboloma es un conjunto de bacterias en la microbiota que se encarga exclusivamente de mantener en equilibrio tus estrógenos. Cuando el estrógeno no se metaboliza correctamente, no se elimina o se reabsorbe, se produce un desequilibrio. Se produce lo que llamamos una dominancia estrogénica, que está asociada con menstruaciones dolorosas y abundantes, fibromas uterinos, síndrome premenstrual, sensibilidad, bultos y quistes en los senos, e incluso cáncer de ovario, endometrio o de mama. De ahí que el equilibrio de estrógenos sea particularmente importante para la salud de la mujer. El estreñimiento provocado por la mala conversión de la tiroides también impide la eliminación de estrógenos, favoreciendo aun más esa dominancia estrogénica.

Causas y síntomas de un intestino poco saludable

Hay muchas causas, pero las más comunes son:

  • Estrés crónico
  • Alimentación basada en productos procesados y azúcares simples
  • Falta de fibra y poca verdura
  • Uso de anticonceptivos
  • Uso de antibióticos
  • Exposición a tóxicos (higiene corporal, cosméticos, limpieza del hogar…)
  • Mala higiene del sueño
  • Una vida sedentaria

¿Cómo sabes si tu intestino está bien o si puede estar fomentando un desequilibrio hormonal? Los síntomas más comunes son:

  • Hinchazón y flatulencias
  • Diarrea o estreñimiento o combinación de ambos
  • Acné u otros problemas cutáneos
  • Depresión o ansiedad
  • Fatiga crónica
  • Resfriados recurrentes
  • Infecciones recurrentes por hongos o levaduras
  • Dificultad para perder peso
  • Desequilibrio hormonal: Síndrome premenstrual, reglas muy dolorosas, irregulares o ausencia, dificultades para quedarte embarazada, SOP, endometriosis
ejercicio reduce el colesterol

¿Cómo mejorar la salud de tu intestino para corregir tu desquilibrio hormonal?

Estas son algunas de las cosas más fáciles y efectivas que puedes hacer, para mejorar tu salud intestinal y que equilibre a su vez tus hormonas y disfrutes de un ciclo menstrual saludable.

1. Alimentos densamente nutritivos

Come una gran variedad de alimentos ricos en proteínas de calidad, fibra y grasas saludables. Así te asegurarás de estar dando a tu cuerpo los nutrientes que necesita para producir hormonas saludables, además de optimizar la digestión, regular el azúcar en sangre y potenciar una buena salud intestinal, eliminando eficientemente las toxinas.

Céntrate en añadir una fruta o verdura y proteína diferente/nueva cada semana.

2. Come en función de las diferentes fases de tu ciclo

Esto ayudará a esas fluctuaciones hormonales aportándoles los nutrientes que necesitan. Además tu intestino no se verá sobreexpuesto a un alimento en particular que pueda causarle una respuesta inflamatoria. Echa un vistazo a este artículo para saber qué comer en cada fase.

3. Alimentación consciente

Comer en un sitio relajado y cuando estás presente permite a tu cuerpo entrar en su sistema nervioso parasimpático (el del descanso y la digestión) y absorber propiamente los nutrientes que comes (al contrario de lo que pasa cuando comes deprisa). Practica la alimentación consciente. Prueba a cenar sentada en la mesa, sin distracciones, sin televisión ni móvil. Relájate y disfruta de tu comida.

4. Incorpora prebióticos y probióticos

Super importante para potenciar las bacterias buenas del intestino y darles alimentos suficiente para su reproducción.

Fuentes de probióticos son chucrut, kéfir, kombucha, kimchi… pero también se puede tomar en suplementos (siempre bajo supervisión de un profesional)

Los alimentos ricos en prebióticos son los espárragos, plátanos macho, alcachofas, diente de león o avena por ejemplo.

5. Analiza

A veces, la única forma de saber realmente el estado de tu intestino es con un análisis. Normalmente animo a mis clientes a que se pongan en contacto con un profesional de la medicina integrativa que pueda analizar si tiene SIBO, disbiosis o parásitos. Conocer tu estado te ayudará a enfocarte en un tratamiento más efectivo y así recuperar tu salud intestinal y hormonal.

6. Evita desencadenantes inflamatorios

Siempre que puedas evita todas esas cosas que ya se ha demostrado fomentan la inflamación. Es decir evita o reduce el consumo de alcohol, azúcares refinados, harinas refinadas, grasas trans o hidrogenadas… Si puedes te animo a que consumas alimentos orgánicos o de km 0 para evitar toxinas que debilitan tu intestino y promueven la disbiosis.

7. Gestiona el estrés

Ya me has oído decir antes que el estrés crónico no es bueno, ¿pero sabías que es un detonante para los desequilibrios de la microbiota y las hormonas?

Es cierto que la vida siempre tendrá sus altibajos, pero te animo a que te pongas en el asiento del conductor y aprendas herramientas que te ayuden a manejar y gestionar con el estrés. Algunas de las técnicas más comunes son las respiraciones profundas, ejercicio, meditación, el contacto con la naturaleza o escuchar música, cocinar… Pero recuerda que las herramientas son siempre individuales. Lo que me puede desestresar a mi, a ti te puede poner de los nervios.

8. Tener una buena higiene del sueño

Un buen sueño está directamente relacionado con un equilibrio de la flora intestinal. Ya se que no es tan fácil, pero lo que realmente me ayuda a mi a dormir como un angelito es tener un pequeño ritual antes de dormir: cenas no muy pesadas, móvil fuera y aceite de lavanda.

También es interesante las actividades que podemos hacer durante el día como hacer ejercicio, dar un paseo por la tarde o una meditación corta.

9. Suplementación

La suplementación puede ser de gran ayuda, pero es cierto que no será tan efectiva como todo lo que hemos comentado antes. Sí, hay que poner todo eso en práctica y tener la suplementación como un añadido, un extra, un plus.

Algunos de esos suplementos que pueden ayudar a tu intestino y a resolver tu desequilibrio hormonal son probióticos, cúrcuma, glutamina, jengibre o zinc.

Te animo a que te pongas en contacto con un profesional antes de tomar nada, especialmente si estás con medicación o tienes alguna condición médica especial.

Conclusión

Cuanto más sano esté tu intestino, más sanas estarán tus hormonas, más empoderada te sentirás y mejor será tu ciclo menstrual.

Los pasos anteriores son cosas sencillas, naturales y efectivas que puedes poner en práctica desde ya, pero si sufres de síntomas persistentes te animo a que acudas a un profesional de la medicina integrativa o un dietista-nutricionista que pueda ayudarte a dar con la raíz de tu desequilibrio hormonal, tus problemas y te guíe hacia la sanación.

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Conexión entre las migrañas y la alimentación

migraña

Si nunca has sufrido una migraña, puede parecer increíble que un dolor de cabeza pueda debilitarte tanto. Pero las migrañas es mucho más que un dolor de cabeza.

A pesar de lo común que es la migraña, existen muchos mitos sobre la afección: síntomas, causas, quién la padece y cómo reducir sus síntomas.

¿Qué son las migrañas?

Las migrañas son mucho más que un dolor de cabeza intenso. De hecho recientemente se han identificado como un trastorno neurológico que involucra vías nerviosas y sustancias químicas cerebrales.

Se caracteriza por un dolor punzante con síntomas sensoriales y neurológicos. El dolor es mucho más intenso que un dolor de cabeza y la duración también es mayor (de 24 a 48 horas en caso de migrañas)

Síntomas más comunes de las migrañas

Todos tenemos un sistema fisiológico que expresa los desequilibrios de una forma u otra. Para algunos, puede ser el sistema digestivo el que les alerte de que algo va mal; para otros, el sistema inmunológico te grita del estrés acumulado. Las personas con migrañas, es el sistema nervioso que es más sensible de ahí los dolores de cabeza agudos.

Otros síntomas que se suelen experimentar:

  • Estreñimiento
  • Cambios de humor
  • Antojos
  • Dolor en el cuello
  • Sed
  • Bostezos
  • Cansancio
  • Sensibilidad a la luz, olores y sonidos
  • Palpitaciones
  • Nausea
  • Vómitos
  • Auras: estos pueden variar desde visuales, sensoriales (ruidos auditivos o sensibilidad al ruido), luces intermitentes, patrones en zigzag, como si visualmente las cosas fueran a cámara lenta.

¿Qué causa una migraña?

Todavía no se sabe bien la causa exacta de las migrañas o a qué es debido. Como he comentado antes, los últimos estudios apuntan a un trastorno neurológico. Estudios sugieren que un centro del sistema nervioso en las profundidades del tronco encefálico parece perder su equilibrio, lo que desencadena el dolor y los cambios en los vasos sanguíneos.

Muchas cosas pueden desencadenar una migraña, incluidos ciertos alimentos, actividades, medicamentos, emociones, hormonas e incluso detonantes sensoriales como luces brillantes o ruido.

¿Existe de verdad un vínculo entre lo que comemos y las migrañas?

Pues parece que si. Un 25% de las personas que padecen migraña, comer ciertos alimentos provoca el dolor de cabeza o empeora los síntomas.

Muchos de estos alimentos contienen taninos, sulfitos, nitritos, tiramina, octopamina, químicos aritificiales y/o histamina.

Aquí la lista de alimentos más comunes que causan migraña:

  • Quesos curados
  • Alimentos salados
  • Saltarse comidas
  • Aspartamo
  • Glutamato monosódico (MSG)
  • Alcohol
  • Cafeína
  • Frutos secos
  • Chocolate
  • Soja
  • Uvas pasas
  • Aceitunas
  • Naranjas, kiwis
  • Tomate, espinacas
  • Nitratos y sulfatos que encontramos en muchas conservas y embutido
  • Plátano, fresas, frambuesas, naranjas y pomelo (todos ricos en histamina)
  • Levaduras
  • Ahumados

¿Cuales serían los alimentos recomendados para mitigar las migrañas?

Son muy beneficiosos los alimentos libres de histamina como los ricos en:

  • Ácido fólico: legumbres, guisantes, brócoli, espárragos o remolacha, mango y aguacate
  • Vitamina B12: pescado blanco, pollo, pavo, legumbres y shiitakes
  • Magnesio: cilantro, algarroba, arroz integral, semillas de lino

Tratamiento para las migrañas

No es tan fácil como tomarte una pastilla y que el dolor se vaya. De hecho las migrañas son un tanto complicadas. Además de los medicamentos que te puedan recetar, hay muchas cosas que podemos hacer nosotros con nuestro estilo de vida y alimentación.

Ambos pueden ser necesarios para conseguir un tratamiento eficaz y ambos necesitan el apoyo de profesionales de la salud.

Escribe un diario

Sí, no me he vuelto loca. Llevar un registro de tus migrañas te ayudará y te permitirá conocerlas mejor, identificar patrones para así poder anticiparte a cuando podría aparecer una migraña, reducir la frecuencia con que las sufres o incluso evitarlas. Puedes registrarlo incluso en las notas de tu móvil.

  • Qué has comido y bebido
  • Hora de tus comidas
  • Ejercicio que has practicado
  • Tiempo atmosférico
  • Emociones que hayas experimentado
  • Los síntomas que sientes y cuando ocurren
  • Fase del ciclo menstrual en la que te encuentras

Actúa tan pronto como notes los síntomas

Puedes reducir la intensidad de tus migrañas si actúas tan pronto como notes los síntomas. Reduce detonantes tanto como puedas.

Por ejemplo, si sabes que es un alimento en concreto, por deshidratación o estrés, entonces presta atención a estas cosas tan pronto como notes los síntomas. En el caso de las auras son más complicadas de tratar.

Gestión del estrés

Una de los desencadenantes más comunes de las migrañas es el estrés y especialmente el estrés emocional.

Si todavía no meditas, te animo a probarlo e incorporarlo en tu día a día. Meditar calma tu mente y resetea tu cuerpo, te permite ser menos propenso a la reactividad y el estrés que pueden desencadenar las migrañas. Con 5 minutos de meditación puedes notar grandes beneficios.

También asegúrate de descansar lo suficiente y establecer una rutina diaria regular (acostarse y levantarte temprano), incluso los fines de semana.

Cuida tu microbiota

El 70% de tu sistema inmune comienza en los intestinos, por lo que es importante cuidar tu sistema digestivo.

Incorpora probióticos y prebióticos a tus platos. Un poco de chucrut en tu ensalada, un kéfir con frutos secos y fruta, alcachofas, plátano, espárragos que no falten en tu alimentación.

Suplementos

Una planta que ha sido estudiada para el tratamiento de las migrañas es la matricaria (de la familia de los girasoles). Tradicionalmente se ha usado para normalizar la menstruación y facilitar el parto, o aliviar dolores musculares.

Diversos estudios han demostrado que pacientes que tomaban matricaria de forma diaria, tenían menos dolores de cabeza

Petasita, otra planta nativa de Europa y Asia, puede reducir la frecuencia de las migrañas. Ashwagandha también se ha utilizado tradicionalmente para equilibrar el sistema nervioso., reduciendo el efecto estresante de esos momentos que pueden desencadenar una migraña.

Deficiencias de magnesio están ligadas a dolores de cabeza y estudios sugieren que puede ayudar a mejorar el dolor de las migrañas.

Recapitulación

Como puedes ver, cada migraña es única para cada persona y cada uno las experimenta a su manera. Sea como fuere, casi nunca es «solo un dolor de cabeza», hay mucho más trasfondo.

Es muy importante conocer qué siente tu cuerpo, encontrar lo que las detona y las cosas que te permiten controlarlas o gestionarlas para prevenirlas.

Si sufres de migrañas, que quede claro que no está reaccionando de forma exagerada y que te mereces aliviarlas. Se lista y cuídate, lo que incluye también saber cuando necesitas acudir a tu médico. Si tienes un dolor de cabeza muy intenso que dura más de un día y surge de forma repentina, o sabes de forma intuitiva que necesitas ayuda, no dudes y acude a tu médico.

Si alguien a quien amas sufre migraña, se curiosa, no juzgues por lo que está pasando.

Sandía 101

Creo que mi fruta preferida es la sandía. Y es que morder una rodaja de sandía dulce y jugosa es uno de los mayores placeres que puedes experimentar en un día de calor.

Existen diferentes variedades con diferentes tamaños y colores, y aunque la tradicional es la roja, puedes encontrarla también amarilla o blanca.

Estas recetas que te enseño a continuación son además una muestra de que es una fruta super versátil y un ingrediente estrella en la cocina. Su dulzor combina estupendamente con quesos salados como el feta o el halloumi en ensaladas, puedes además hacerla al grill y está deliciosa en un gazpacho o transformada en polos de helado.

Datos nutricionales

Si a esto además le añades todos los beneficios nutriticionales a parte de la hidratación que te proporciona pues como bien digo es una fruta estrella.

La sandía es conocida por tener licopeno, de ahí su intenso color rojo, un antioxidante con compuestos anti-inflamatorios que inhiben otros marcadores pro-inflamatorios, además mejora los niveles de colesterol, la salud de los huesos y previene enfermedades cardiovasculares. Contiene más potasio que los plátanos y compuestos que pueden ayudan a impulsar tu vida sexual

Cómo elegir la mejor sandía

Para garantizarte que la sandía esté dulce y jugosa, elige aquellas que son pesadas para su tamaño, esto indica que tiene un alto contenido en agua, lo que es una señal de que está madura y lista para comer. Es normal que uno de los extremos esté plano, si este está muy blanco o verde esto indica que no está madura, busca por extremos amarillos.

Un truco que me enseñó mi madre y que suele funcionar, es darle unos golpecitos con los nudillos y si suena hueca, no la dejes escapar, pues el sabor intenso está casi casi garantizado.

Si compras sandía que ya está abierta, elige aquellas que no tienen rayas blancas en su interior.

¿Estás listo para probar la dulce felicidad del verano? Pues coge un cuchillo afilado, corta una sandía y comienza a cocinar.

cubitos de sandía

Qué hacer con una Sandía sin sabor

Ha todos nos ha pasado alguna vez. Compras toda emocionada una sandía gigante. De camino a casa ya babeas pensando en lo refrescante y jugosa estará. Pero a la hora de la verdad, cuando le incas el diente, te das cuenta que la sandía está insípida, la sandía no está dulce y le falta sabor.

No te lo voy a negar, aquí hay un segundo en el que a mí me invade un sentimiento de decepción, de derrota… Pero rápidamente me recompongo, saco mi fuerza y pienso en todas las posibilidades que tengo con esa sandía. ¡¡Y son muchísimas!!

Solo hay que saber sacar el lado positivo de las cosas. Si la sandía estuviese buena, seguramente me daría pena utilizarla para alguna receta, así que es en momentos así donde aprovecho a sacar mi lado cocinero y experimentar con el producto que tengo entre manos.

Un truco muy sencillo para potenciar el sabor de los alimentos es añadir un poquito de sal. Sí, como lo lees, coges una pizca de sal y la restriegas por la sandía. Es un truco que aprendí de mi yayo y que siempre hacía cuando quería potenciar el dulzor de los melones del pueblo. Ay! Qué haríamos sin la sabiduría de nuestros abuelos!!

Si ya nos queremos liar un poco más aquí van unas ideas que no te defraudarán:

  • un batido con un buen chorro de limón o lima y unas hojas de menta es super refrescante!! (por supuesto puedes añadirle un poquito de miel o de dátiles machacados). Para que quede más sedoso, yo suelo colarlo y retirar la pulpa.
  • Granizado o sorbete, lo mismo que hemos hecho antes pero lo congelamos para obtener un fresquito snack para la tarde. También puedes congelar cubos de sandía y triturarlo con el zumo de limón y las hojas de menta en el momento.
  • Sashimi de sandía, si el sabor de la sandía deja mucho que desear, pues démosle nosotros sabor marinándolo con un rico aceite de sésamo, tamari y zumo de lima. Un toque super exótico que te sorprenderá gratamente. Tienes la receta completa más abajo.
  • Hacerla a la parrilla es una excelente idea!! El calor caramelizará sus azúcares naturales y le dará un toque ahumado exquisito. Solo tienes que pintarla con un poco de aceite, un poquito de sal y a la parrilla.
  • Utilizarla en ensalada con un buen aliño harás brillar esa sandía. Ingredientes que combinan muy bien con la sandía son el pepino y el queso feta 😛
  • Una idea super chic es hacer cubitos de hielo con la sandía. Muy fácil, solo tienes que cortar la sandía en dados, congelarlos y utilizarlos con tu agua fresca, limonada o cualquier otra bebida.

Recetas con sandía

Poke bowl con sashimi de sandía

Ensalada fresca con sandía y feta con aliño de rúcula

Granizado de sandía y cerezas

Amenorrea hipotalámica, causas y soluciones

Lucía dejó de tomarse las pastillas anticonceptivas por su deseo de ser madre. Tuvo su sangrado por deprivación como era de esperar, pero luego pasaron tres meses sin señales de menstruación.

El médico le dijo que no se preocupase que era una amenorrea post-pildora y que era lo normal que no se preocupase. Pero la menstruación seguía sin venir y decidió pedir una segunda opinión.

Lucía era una mujer sana, hacía ejercicio de forma regular cada día, comía de forma nutritiva, no tomaba azúcares, ni procesados… ¿qué podría ir mal?

Buscando en internet se cruzó con el término amenorrea hipotalámica y algo le hizo click…

¿Qué es la amenorrea hipotalámica?

La amenorrea hipotalámica es más una condición, un síntoma, más que una patología en sí. Consiste en la ausencia de menstruación durante tres ciclos o más, y cuya causa no es debida a aspectos naturales (embarazo, lactancia, menospausia), toma de medicamentos o problemas de tiroides.

La regla no baja por un problema con el hipotálamo, el cual es la parte del cerebro que controla el sistema reproductivo. El hipotálamo percibe que algo no va bien en el cuerpo, entra en modo supervivencia y no está para destinar la energía que tiene en procrear o generar una nueva vida.

La amenorrea hipotalámica provoca un déficit de estrógenos, pérdida de cabello, uñas débiles, problemas de piel, baja líbido y sequedad vaginal. Muchos de estos síntomas son bastante habituales y al no ser graves se suelen pasar por alto. Hasta que la regla no te baja durante unos meses, entonces es cuando te empiezas a preocupar.

Y es que ya lo dicen, «»no lo quieres hasta que no lo tienes!!» Y es la ausencia la que nos hace echar de menos y desear aquello que quizás anteriormente nos resultaba molesto.

¿Qué puede causar la amenorrea hipotalámica?

Amenorrea hipotalámica y el ejercicio extremo

Ejercicio extremo

Hacer ejercicio es sinónimo de estrés para el cuerpo, y practicar más no es sinónimo de que sea mejor.

Cuando hacemos ejercicio por largos periodos de tiempo como carreras de una hora o más, o ejercicios de alta intensidad de forma muy continuada, los niveles de cortisol se incrementan. Si a esto le unimos problemas digestivos, falta de sueño, mala gestión emocional, desequilibrio en los niveles de azúcar, nuestro cuerpo acabará en un estado crónico de lucha o huye.

Es decir, que nuestros cuerpos constantemente estarán produciendo cortisol para lidiar con los estresores. Con el tiempo, el cuerpo no podrá mantener esa producción y comenzará a robar de nuestras hormonas sexuales para producir ese cortisol.

La clave es encontrar la cantidad de ejercicio adecuada para tu cuerpo, sin tener miedo a prácticas más relajadas como caminar o hacer yoga.

Una dieta baja en calorías y grasas

Necesitas grasas y necesitas comer suficientes nutrientes para que tu cuerpo pueda funcionar adecuadamente.

Las grasas, especialmente el colesterol y las grasas saturadas, son precursores de nuestras hormonas sexuales. Necesitamos grasa para producir hormonas.

Cuando no comes lo suficiente y además no ingieres grasas, tu cuerpo piensa que está en periodo de hambruna. Ralentiza el metabolismo para conservar energía y así poder sobrevivir. La fertilidad o reproducción de la especie humana no es importante en este estado, por eso no te baja la regla.

Nutrir tu cuerpo con grasas saciantes y suficientes calorías es imprescindible para recuperar esas hormonas y el equilibrio.

Un nivel alto de estrés

El estrés crónico puede ser por ejercicio físico extremo, pero también de índole emocional. Nuestro cuerpo no diferencia entre un estrés real de vida o muerte y un estrés mental por tener que pagar la hipoteca o por llevarnos mal con nuestro jefe.

Por lo que igual que hemos comentado antes que con el ejercicio extremo se produce un aumento de la producción de cortisol. Un estrés emocional, mental de forma continuada también impide que el hipotálamo libere hormonas reproductivas.

Genética

Nuestros genes determinan la sensibilidad de nuestros sistemas reproductivos a cambios en nuestros hábitos. De ahí que haya mujeres muy delgadas que no tengan ningún problema con su ciclo menstrual y otras pueden dejar de menstruar al perder peso.

Indagando un poco con Lucía, descubrimos que:

  • Había tenido siempre una mala relación con su imagen corporal y había conseguido perder 15 kilos hacía unos años a base de mucho esfuerzo.
  • Para cuidarse y no sufrir de colesterol, Lucía eliminó prácticamente todas las grasas de su alimentación.
  • Hacía ejercicio de forma extrema para calmar su estrés, para lidiar con situaciones emocionales que no sabía gestionar.
  • Es una persona muy exigente con ella misma y muy perfeccionista, esto afecta a su nivel de estrés y siente que la vida nunca era suficiente.
Amenorrea hipotalámica

¿Cómo conseguir que vuelva la menstruación?

Como has visto, hay muchos factores que afectan a una amenorrea hipotalámica, por eso el abordaje debe ser integral y debe cubrir todos esos factores.

Resumiendo muy rápido se basa en aportar a tu cuerpo muchos más nutrientes de lo que estás haciendo (sí, así es, hay que subir de peso si quieres volver a tener un ciclo menstrual sano), comer suficientes grasas saludables, modificar tu rutina de ejercicios, implementar prácticas para gestionar el estrés, de relajación, regular ritmos circadianos…

Lo entiendo, puede que piensas ¿en serio? Con todo el esfuerzo que he hecho para tener el cuerpo que tengo… ¿resulta que ahora tengo que renunciar a él?

Recobrar tu ciclo menstrual no es fácil, tienes que luchar contra todo lo que creías saludable hasta ahora.

Incrementarás tus ingestas, añadirás más aguacates, frutos secos, reducirás tus ejercicios, añadirás alguna sesión de yoga, subirás de peso y esto es un gran avance, pero puede que aun así no sea suficiente…

A veces hay que ir más allá, e incluso dejar de practicar todo tipo de ejercicio salvo salir a caminar y yoga. Deberás incrementar todavía más tu ingesta, subir todavía más de peso, ponerte a colorear para aliviar tu estrés y conseguir relajarte sin sentirte culpable…

Como ves nada sencillo para un perfil de persona autoexigente y perfeccionista. Pero es posible lograrlo, conseguir que tu ciclo menstrual vuelva de forma natural.

Es importante que el abordaje sea muy personalizado y único. Si te animas y quieres recobrar tu ciclo menstrual, no dudes en ¡escribirme a hola@mariallamas.com! juntas trabajaremos para que te sientas empoderada y te sea más fácil tomar decisiones que te ayuden a conseguir de nuevo el equilibrio.

Una cosa que ayuda bastante es, tener un claro objetivo final y para Lucía era sostener a sus futuros bebés en brazos. Eso hizo que cada kilo que subía, cada entrenamiento que se saltaba, mereciese la pena.

Lucía ha conseguido que le bajase la regla y dice que fue uno de los mejores días de su vida. Todavía no es seguro que pasará más adelante, si su ciclo volverá a resurgir, pero espera que su cuerpo decida confiar en ella de nuevo y que este inmenso paso que ha dado en su camino le lleve a la maternidad.

5 formas de que tus digestiones no empeoren estas vacaciones

lo que tus heces dicen de tu salud

Ayer comenzó oficialmente el verano y con ello la temporada de viajes, vacaciones y todo lo que ello provoca en nuestras rutinas.

Una de las cosas que más se suele alterar con los viajes es nuestro sistema digestivo.

Pero créeme si te digo que el verano es uno de los mejores momentos para hacer que nuestra salud intestinal mejore. Y esto es gracias a que los días son más largos, más soleados, o a los alimentos que la naturaleza nos brinda en esta estación. Po lo que hay un buen número de herramientas a tu disposición que te puede ayudar a regular tu tracto intestinal.

Eso sí, hay un poco de trabajo por tu parte para revertir los hábitos negativos y nutrir tu microbiota.

lo que tus heces dicen de tu salud

Sal fuera y encuentra una actividad que te ayude a liberar estrés y que te encante

No estar en contacto con la naturaleza es uno de los factores que más afecta a tu salud intestinal. Cuando menos en contacto estamos con la naturaleza, los animales y otras personas, nuestra diversidad microbiana se reduce.

Para solucionar esto, prioriza pasar más tiempo fuera al aire libre. Sal a caminar a primera o última hora del día, juega con tus mascotas o tus hijos en el jardín, date un chapuzón en el mar.

Un estudio encontró que entrenar 30-60 minutos tres veces a la semana durante mes y medio, incrementa la cantidad de microorganismos antiinflamatorios en tu intestino, que ayuda a repararlo y a regular tu sistema inmune.

Meditar o practicar yoga al aire libre también tiene sus beneficios extra además de ayudarte a gestionar el estrés, reduce la inflamación crónica y te ayuda a mantener la función de la barrera intestinal.

Qué no falten probióticos

El verano es una época estupenda para establecer e incluir nuevas rutinas en tu día que ayuden a cuidarte. Y una forma de hacerlo y potenciar tu salud intestinal es tomar probióticos de calidad.

Piensa en los probióticos como en tus pequeños ayudantes que te ayudan a poner orden y ayudar con la harmonía en tus intestinos.

Los probióticos te ayudarán a mejorar digestiones, reducir gases e hinchazón (siempre que no sufras de SIBO), ser más regular a la hora de ir al baño y además te ayudan a tener un sistema inmune más fuerte.

Además de chucrut, kimchi, kombucha, kefir o yogures, puedes optar por un suplemento que te ayude a potenciar esas bacterias buenas. Existen muchos tipos de probióticos en suplementos, algunos incluso son especiales para viajes, siempre mejor si acudes a un profesional que te pueda asesorar según tu caso.

Come suficiente fibra y siempre que puedas compra orgánico

Puede que asocies verano con frutas y verduras deliciosas y jugosas. Pero es cierto que muchas personas dicen que en sus vacaciones es cuando menos verdura y fruta comen. Es normal, cuando vas a un restaurante o en el buffet del hotel, los platos vegetarianos o verduras son los que menos lucen y se suele tender a ir a por proteína pura y más hidratos de carbono.

Yo te propongo que apliques la alimentación consciente y tengas bien en mente lo importante que la verdura y la fruta es para tu salud y para tus digestiones. Siempre hay opciones de ensaladas y parrilladas de verduras con los que puedes acompañar tu plato principal.

Si vas a un apartamento suele ser más fácil, acude a un mercadillo local y disfruta de las verduras y frutas de proximidad.

Y si puedes optar por versiones ecológicas mejor que mejor. Muchos expertos creen que consumir ingredientes que han crecido con pesticidas y herbicidas pueden tener un efecto negativo en tu microbiota. Para minimizar esto, mejor si puedes optar por orgánico o ecológico.

Si estás justo de presupuesto, también puedes fijarte en la lista de los 12 más y menos contaminados que propone cada año EWG. Con esta lista podrás priorizar qué frutas y verduras comprar orgánicas y cuales son más seguras comprar en el mercado convencional.

Pero recuerda, que siempre es mejor consumir fruta y verdura no eco, que no consumirla 😉

Otra forma de añadir fibra de la buena es desayunando un bitcher, copos de avena que puedes remojar en bebida vegetal o yogur y acompañarlo de fruta fresca o un pudin de chía con fruta fresca y unos frutos secos.

No te olvides de tu ritmo circadiano

El verano puede echar al traste con nuestra rutina de sueño. Estamos más activos, largas cenas al fresco con amigos y días más largos no ayudan mucho. Pero es importante mantener un horario y una rutina saludable y constante de sueño.

Malos hábitos de sueño sabotean nuestra salud intestinal, por lo que te animo a priorizar un horario que te permita dormir entre 7 y 9 horas de sueño por la noche.

Piensa en que si te vas un poquito antes a dormir y te levantas antes, podrás disfrutar de esas primeras horas maravillosas en las que la casa respira calma y está más fresquita.

Para resetear tu ritmo circadiano y adelantar un poco tu hora de irte a la cama:

  • no cenes muy tarde e intenta que las cenas no sean muy pesadas.
  • evita pantallas al menos una hora antes de irte a dormir para fomentar la producción de melatonina. Y te animo también a que al despertarte lo primero que hagas sea exponerte a la luz natural.
  • establece una rutina de limpieza facial, hidratación corporal que te de la señal de que es hora de dormir.

Mantente hidratada

Super importante hidratarnos bien para una buena salud intestinal. Es la solución número uno al estreñimiento, calambres musculares y tantas otras afecciones.

Es momento de beber al menos 8 vasos de agua, o incluso más dependiendo de nuestra sudoración. También podemos incluir infusiones frías o gazpachos por ejemplo.

¿Por qué siento culpa después de comer y cómo superarlo?

culpa después de comer


La culpa por comer es algo muy común, más de lo que te puedes imaginar.

Casi un tercio de todos los alimentos que se consumen nos hacen sentir culpables, según un estudio.

La culpa por la comida es causada principalmente por la conciencia de que la comida no es saludable. También se descubrió que el alto contenido de azúcar y comer en exceso son las principales causas de culpa.

El problema es que ese sentimiento de culpa puede ser dañino para tu salud mental y emocional. Y puede llevar a desórdenes alimentarios.

culpable por comer

POR QUÉ NO NECESITAS SENTIRTE CULPABLE POR COMER

No hay necesidad para sentirse culpable o avergonzada por tu alimentación.

Una dieta y un estilo de vida bien equilibrados incluyen todos los tipos de alimentos y honran los muchos roles que desempeñan los alimentos en nuestra vida, desde nutrir nuestro cuerpo a nivel celular hasta las tradiciones, la cultura y el disfrute.

Hubo un estudio en el que se preguntó a si asociaban más el pastel de chocolate con la culpa o la celebración.

Las personas que dijeron que el pastel de chocolate estaba asociado con la culpa no son más saludables ni estaban más motivadas que quienes lo asociaron con la celebración. De hecho, se sentían menos en control de la comida y dijeron que eran más propensos a comer en exceso.

¿Te has sentido así alguna vez con esos alimentos que te hacen sentir culpable?

Ese sentimiento de culpa participa en el círculo del resacón del que siempre hablo. La vergüenza y la culpa se intensifican después de comer en exceso, dando lugar a comportamientos más rígidos y restrictivos para compensar el haber sido «mala», solo para sentirse fuera de control con la comida porque te has vuelto hiperconsciente de que no puedes comerlo, y luego te excedes.

O tal vez, en lugar de sentirse fuera de control, simplemente intentes racionalizar contigo misma: «No he comido (inserte el alimento aquí) en toda la semana y no voy a comerlo más, por lo que mejor comerlos todos ahora». Y el círculo se repite. ¿Alguna vez has estado ahí? Este efecto es el efecto última cena.

Esta culpa y vergüenza conducen a sentimientos de impotencia y falta de control, así como a la autocrítica, todo lo cual puede fomentar una baja autoestima y un estado de ánimo bajo, lo que impacta en tu salud mental.

Por eso es importante que dediques parte de tu tiempo y energía a eliminar la culpa por la comida.

CÓMO DISMINUIR LA CULPA POR COMER

No es algo que se pueda hacer de un día para otro. Lleva tiempo y trabajo, pero se puede conseguir.

Incluso si realmente quieres sanar tu relación con la comida, esos sentimientos de culpa los seguirás sintiendo, especialmente cuando comas algo que durante tanto tiempo has considerado como «malo».

Está completamente normal.

Se necesita mucha compasión, paciencia, práctica y apoyo para realmente eliminar los sentimientos de culpa.

Pero con lo que voy a compartir, tendrás algunos primeros pasos para comenzar a eliminar esa culpa, para que, con el tiempo, puedas llegar a un lugar en el que te sientas a gusto y en paz con sus elecciones de alimentos.

1. ¿Cuándo y por qué estás sintiendo culpa por comer?

Este primer paso se trata de crear conciencia sobre cuándo y por qué estás experimentando la culpa por la comida.

Por lo general, hay dos causas comunes de culpa en torno a la comida.

Es posible que hayas comido de forma automática y te hayas dado cuenta después.

En primer lugar, pueden surgir sentimientos de culpa si elegiste una comida que no estaba alineada con lo que realmente deseabas o necesitabas. Esto suele suceder cuando factores externos influyen en nuestra elección de alimentos sin que nos demos cuenta, como emociones como el estrés o el aburrimiento, nuestro entorno o comer distraída.

Este tipo de culpa tiende a tener menos que ver con la comida en sí, pero más con que no tomases una decisión consciente o específica. tome o no

La segunda causa, a menudo más arraigada, de la culpa por la comida que vemos es sentirse culpable después de comer alimentos que a menudo se etiquetan como «malos» o «prohibidos».

Esto puede suceder incluso cuando eliges comer algo conscientemente porque realmente lo disfrutas, pero la sensación de vergüenza te invade porque nos han enseñado a pensar en algunos alimentos como «buenos» y otros como «malos». . «

En cualquier caso, puedes usar un diario de alimentos reflexivo, no para medir cuanto comes, pero para crear conciencia sobre qué está causando tu culpa por la comida y cuándo la estás experimentando.

Como digo, el enfoque no se centra en las calorías ni en la lista de alimentos «buenos» y «malos», sino en descubrir más sobre lo que sentiste antes, durante y después de comer para que puedas notar dónde están estos sentimientos de culpa, o cualquier otra cosa que puedas estar experimentando.

Estas percepciones sobre ti realmente pueden ayudarte y autoconocerte.

Una vez sepas por qué te sientes culpable, el siguiente paso es tomar una pequeña acción para ayudarte a superarla.

Olvídate de las reglas

Piensa en lo que sucedería cuando eras niño y tus padres o alguien te dijera que no se te permitía hacer algo. ¿Cómo reaccionarías?

Estoy segura que querrías hacer exactamente lo que te dijeron que no hicieras.

Esto es lo mismo que nos pasa con las reglas restrictivas respecto a comida.

Cuando nos decimos a nosotros mismos que no podemos tomar un alimento, que es malo para nosotros; sin darnos cuenta, lo estamos colocando en un pedestal. Un pedestal que nos hace idealizar el alimento y desearlo mucho más que si nos hubiéramos permitido tener un poco en primer lugar.

Una vez que comemos el alimento, ya sea porque finalmente nos lo permitimos, nos recompensamos o simplemente lo colocamos frente a nosotros y ya no tenemos autocontrol, es mucho más probable que nos excedamos y experimentemos esa sensación extrema de bienestar.

Cuando eliminamos por completo estas reglas alimentarias, cuando sacamos el alimento del pedestal, el alimento ya no tiene poder sobre nosotras. Ya no nos sentimos fuera de control a su alrededor y, por lo tanto, ese ciclo de culpa se detiene.

Come con calma

Cuando la culpa se debe a que estamos comiendo de forma automática, porque estaba distraída, o porque algo en tu entorno te impulsó a comer, pero realmente no tenías hambre o no te apetecía, es importante tomarse un momento.

Hacer una pausa antes de comer y comprobar consigo misma que necesita tu cuerpo y que quiere. Es una excelente manera de tomar conciencia de las fuentes externas que influyen en tus elecciones frente a las que estás eligiendo tu, en función de las necesidades de tu cuerpo. A mi me gusta elegir conscientemente ¿y a ti?

Cuando hagas esta pausa, pregúntete por qué estás comiendo: ¿es aburrimiento, estrés, una situación o está experimentando hambre física?

Luego pregúntate si lo que estás eligiendo comer es algo que realmente deseas o solo deseas por factores externos.

Permítete reducir la culpa por la comida

Cree una experiencia en torno a la comida que le permita disfrutar y apreciar plenamente lo que está comiendo.

Por ejemplo, si has decidido que te gustaría tomar postre, siéntate a la mesa sin distracciones y lentamente saboree y pruebe cada bocado. Permítete esa alegría y placer de tu comida, ya sea lo que llamamos un «alimento para el alma» o una comida rica en nutrientes.

Así podrás sentirte más satisfecha y seguir adelante, en lugar de traer ese sentimiento de culpa.

Practica la curiosidad compasiva

Cuanto mayores nos hacemos, más aprendemos que las cosas no siempre salen según lo planeado. Es inevitable que las cosas den un giro brusco sin esperarlo.

Cuando esto sucede, practicar la curiosidad compasiva puede permitirte romper el círculo de la culpa.

En lugar de castigarte, la próxima vez que te encuentres en una situación en la que las cosas podrían haber ido en una dirección, pero desafortunadamente en otra, haz una pausa y reflexiona. Pregúntate sin juzgar, «¿Por qué sucedió esto?», «¿Cómo podría hacer las cosas de manera diferente la próxima vez para evitar que esta misma situación vuelva a suceder?».

Al reflexionar con compasión y curiosidad, puedes mirar hacia el futuro y planificar el éxito en lugar de pensar en el pasado.

Estos son solo algunos de los primeros pasos a seguir para superar la culpa por la comida. Al practicar estas y otras prácticas de alimentación consciente, comenzarás a experimentar más libertad y paz con tus elecciones de comida a lo largo del tiempo.

CÓMO RECIBIR MÁS APOYO SI ESTÁ EXPERIMENTANDO CULPA ALIMENTARIA

Si está buscando más apoyo, te animo a unirte al programa Transforma tu relación con la comida, donde aprenderás más sobre las acciones que debes tomar para dejar de lado la culpa por la comida y crear hábitos alimenticios más equilibrados y que te apoyen en tus objetivos.

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