Cómo bajar de peso en Hashimoto sin dañar tu tiroides

Quiero hablar contigo con total honestidad sobre la tiroiditis de Hashimoto y la pérdida de peso. Si te sientes frustrada, agotada o confundida porque tu cuerpo no responde a los métodos “clásicos” para adelgazar, no estás sola. Y lo más importante: no es culpa tuya.

Permíteme ser clara: el enfoque médico convencional basado en “come menos y muévete más” no solo no funciona en casos como el tuyo, sino que demuestra un desconocimiento profundo sobre cómo afectan las enfermedades autoinmunes de tiroides al metabolismo.

Este planteamiento tan simplista puede, de hecho, empeorar tu situación, añadiendo más estrés a un sistema que ya está sobrecargado.

En consulta veo constantemente a mujeres que han sido señaladas por “falta de fuerza de voluntad” o que han seguido dietas muy restrictivas que terminan dañando aún más su metabolismo.

Pero lo que realmente está ocurriendo es que tu cuerpo está luchando contra una condición autoinmune que afecta directamente al equilibrio hormonal, la función metabólica y tus niveles de energía. Y esto requiere un abordaje más profundo, más individualizado y más compasivo.

¿Qué es la Tiroiditis de Hashimoto y qué síntomas provoca?

En primer lugar, comentar que la tiroiditis de Hashimoto es un trastorno autoinmune que afecta a la glándula tiroides. En estos casos el sistema inmune ataca el tejido sano de la tiroides, produciendo la muerte de las células tiroideas que producen las hormonas.

Los síntomas que una persona con tiroiditis de Hashimoto puede experimentar son similares al hipotiroidismo:

  • estreñimiento
  • cansancio
  • ganancia de peso
  • nieblina mental
  • problemas de concentración
  • cabello y uñas debilitadas
  • sensibilidad al frío
  • depresión y ansiedad
  • piel seca
  • menstruaciones abundantes.

¿Por qué no puedo bajar de peso con Hashimoto?

Muchas personas con Hashimoto acaban sufriendo hipotiroidismo, lo que enlentece tu metabolismo. Esto significa que procesas los alimentos de forma diferente, lo que favorece la acumulación de grasa y hace que perder peso sea mucho más difícil… incluso si “lo estás haciendo todo bien”.

Pero esto es solo una parte del rompecabezas. El panorama completo incluye:

🔁 Efecto dominó hormonal

Tu tiroides no funciona de forma aislada. Cuando está afectada por Hashimoto, se produce un desequilibrio hormonal en cadena: resistencia a la insulina, resistencia a la leptina, alteraciones del cortisol… Esto explica por qué simplemente reducir calorías suele no funcionar. Necesitamos trabajar con todo tu sistema endocrino, no contra él.

🔥 Inflamación y dificultad para perder peso

Muchas personas no son conscientes de que la inflamación crónica juega un papel clave en la resistencia a la pérdida de peso. Desde el enfoque de la medicina funcional, en lugar de contar calorías, identificamos y eliminamos desencadenantes inflamatorios, como el gluten y los lácteos, que en muchísimos casos suponen un antes y un después.

El mito del ejercicio intenso

Uno de los mayores retos con Hashimoto es la baja energía. Muchas pacientes se exigen demasiado con entrenamientos extenuantes, lo que provoca recaídas y brotes autoinmunes. Por eso, en lugar de forzar el cuerpo, propongo lo que llamo “movimiento intuitivo”: adaptar el ejercicio a tu nivel energético diario, no al revés.

¿Qué funciona de verdad?

He acompañado a muchas mujeres con Hashimoto que, tras años de frustración, han conseguido perder peso de forma natural y sostenible al cambiar el enfoque.

En lugar de contar calorías, nos centramos en:

  • Alimentos antiinflamatorios y ricos en nutrientes que favorezcan la tiroides.
  • Proteínas de calidad y grasas saludables que estabilicen el azúcar en sangre.
  • Identificación y retirada de alimentos desencadenantes que agravan la autoinmunidad.

No hay una “dieta para Hashimoto” que funcione para todas, pero sí principios sólidos. Lo importante es adaptar el enfoque correcto (AIP, paleo, baja en histamina…) según tu biología, haciendo eliminaciones y reintroducciones con criterio profesional.

En lugar de rutinas de ejercicio genéricas, diseñamos:

  • Estrategias de movimiento personalizadas que se adapten a tu energía real.
  • Entrenamiento de fuerza dosificado para apoyar, no agotar, tu sistema.
  • Prácticas restaurativas para calmar la inflamación.

En lugar de ignorar el estrés, lo abordamos directamente:

  • Prácticas cuerpo-mente (como respiración, mindfulness, etc.).
  • Mejora de la calidad del sueño como base para la recuperación hormonal.
  • Soporte detox estratégico con nutrición y suplementación adecuada.

Suplementación estratégica:
Ciertos nutrientes específicos pueden marcar una gran diferencia:

  • Selenio: reduce los anticuerpos tiroideos
  • Vitamina D + K2: regulan el sistema inmune
  • Berberina: apoya el metabolismo
  • Probióticos de calidad: restauran la salud intestinal
  • Vitaminas B y hierro: ayudan en la producción de energía y en el transporte de oxígeno, que suele estar comprometido en el hipotiroidismo

Reducción de tóxicos ambientales:
Muchos no lo saben, pero los tóxicos que nos rodean influyen en la tiroides y en la dificultad para adelgazar. Trabajamos en estrategias de detoxificación sostenibles, tanto con cambios en el estilo de vida como con suplementación cuando es necesario.

En resumen

Perder peso con Hashimoto no es una cuestión de fuerza de voluntad, sino de entender a fondo lo que está ocurriendo en tu cuerpo y actuar con estrategia y compasión. Cuando abordas el problema desde la raíz —equilibrando hormonas, desinflamando el organismo y cuidando tu metabolismo—, los cambios empiezan a llegar de forma más fluida y sostenible.

He visto cómo muchas pacientes transforman su salud cuando dejan de pelearse con su cuerpo y empiezan a escucharlo de verdad. Tanto si estás empezando como si llevas tiempo en este proceso, quiero que sepas que sí es posible lograr un cambio sostenible, si lo abordamos de manera personalizada y completa.

P.D.: ¿Sientes que necesitas una guía personalizada? No dudes en agendar una asesoría dietética y abordaremos tu caso de forma individual

Tiroiditis Autoinmunes

tiroiditis autoinmune

Hemos hablado anteriormente de la tiroides y de cómo podemos regular su funcionamiento.

En este artículo, vamos a centrarnos en las condiciones autoinmunes de la tiroides. Es importante tener encuenta, que todo lo que se ha mencionado en este artículo, se sigue aplicando en estos casos. Aun así, habrá ciertos aspectos específicos para estos tipos de desórdenes de la tiroides.

tiroiditis autoinmune

¿En qué se diferencian un desorden autoinmune de la tiroides de un hipotiroidismo o un hipertiroidismo?

Cuando un desorden autoinmune de la tiroides está presente, tendrás anticuerpos elevados. Esto es lo que confirma que el sistema inmune está implicado. Tu sistema inmune de hecho está atacando tu tiroides, provocando una disfunción. Normalmente, nuestro sistema inmune nos protege de bacterias, viruses, invasores externos… Con una situación de autoinmunidad, el sistema inmune ataca a inocentes partes del cuerpo o externas, como órganos, tejidos, alimentos. En el caso de la tiroiditis de Hashimoto o Graves, el sistema inmune está atacando tu tiroides.

¿Cómo sabes si tienes tiroiditis autoinmune? La clave está en los anticuerpos, hay diferentes para diferente tipo:

Anticuerpos presentes en Hashimoto:

  • Anti-tiroides peroxidasa (anti-TPO)
  • Anti-tiroglobulina (anti-Tg)

Anticuerpos presentes en Graves

  • Anticuerpos receptores de la TSH (TRAb)

Generalmente un hipertiroidismo de Graves se transforma en hipotiroidismo cuando la tiroides no da más de si.

Si se detecta un Hashimoto en las fases iniciales, puedes ver también un hipertiroidismo inicial. Esto ocurre cuando los anticuerpos atacan la tiroides y un exceso de hormonas tiroideas entran en el sistema. No se eliminan y entonces se convierte en hipotiroidismo. Por lo que es importante analizar todos los anticuerpos.

¿Qué puede contribuir a una enfermedad autoinmune?

Para la mayoría de personas, es una combinación de estas tres áreas las que influyen en el caos y en desarrollar una enfermedad autoinmune:

Genética

Nuestra genética es influenciada por el entorno. Es decir, por la comida que comemos, el ejercicio que realizamos, las toxinas medioambientales, la calidad de sueño, el estrés… Solo porque tu tengas el gen (TYK2) que te pone en un riesgo más alto de desarrollar una enfermedad autoinmune, no significa que lo hagas. La genética cárga la pistola, pero tus hábitos diarios son el gatillo.

Salud intestinal

Cuando tu sistema intestinal no funciona bien, esto deriva en estrés e inflamación para el sistema inmune. Pono cinel de ácido gástrico, malas digestiones, infecciones, uso frecuente de antibióticos y una inflamación generalizada, puede hacer que tu sistema inmune se ponga en marcha.

Cada vez hay más estudios sobre ciertos tipos de bacterias y cómo afectan a las enfermedades autoinmunes.Es interesante realizar un test de heces para ver más profundamente qué es lo que está pasando. Generalmente se ven malas digestiones e infecciones intestinales. Un patógeno que se asocia a Hashimoto y Graves es el Helicobacter Pylori. Esto tiene sentido ya que este Helicobacter Pylori vive en el estómago y crece con el ácido estomacal. Esto provoca que tengas menos ácido gástrico para descomponer los alimentos, dando lugar a malas digestiones, sensibilidades limentarias, baja motilidad intestinal y sobrecrecimiento bacteriano.

Estrés crónico

Cuando hablo de estrés crónico me refiero tanto a estrés mental/emocional, como también estrés físico derivado de una deficiencia de nutrientes o un factor estresante químico como las toxinas de nuestro entorno. Suele ser siempre un mix de todo esto, la acumulación de factores estresantes durante largo tiempo, hace que nuestro cuerpo llegue a un punto extremo, afectando a nuestro sistema inmune.

Si bien aún se desconoce el mecanismo exacto de cómo el estrés contribuye a la autoinmunidad, se presume que las hormonas neuroendocrinas desencadenadas por el estrés conducen a una desregulación inmunitaria, que en última instancia da como resultado una enfermedad autoinmune, al alterar o amplificar la producción de citoquinas. El tratamiento de la enfermedad autoinmune debe incluir, por lo tanto, el manejo del estrés y la intervención conductual para prevenir el desequilibrio inmunitario relacionado con el estrés.

​Resumen

Dadas las áreas que pueden afectar las afecciones tiroideas autoinmunes, debemos tener en cuenta todos los tipos de estrés y el estado de salud intestinal al trabajar para mejorar nuestra situación.

¿Te ha resultado interesante el artículo? Cuéntame escribiéndome a hola@mariallamas.com.

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