Hemos hablado anteriormente de la tiroides y de cómo podemos regular su funcionamiento.
En este artículo, vamos a centrarnos en las condiciones autoinmunes de la tiroides. Es importante tener encuenta, que todo lo que se ha mencionado en este artículo, se sigue aplicando en estos casos. Aun así, habrá ciertos aspectos específicos para estos tipos de desórdenes de la tiroides.
¿En qué se diferencian un desorden autoinmune de la tiroides de un hipotiroidismo o un hipertiroidismo?
Cuando un desorden autoinmune de la tiroides está presente, tendrás anticuerpos elevados. Esto es lo que confirma que el sistema inmune está implicado. Tu sistema inmune de hecho está atacando tu tiroides, provocando una disfunción. Normalmente, nuestro sistema inmune nos protege de bacterias, viruses, invasores externos… Con una situación de autoinmunidad, el sistema inmune ataca a inocentes partes del cuerpo o externas, como órganos, tejidos, alimentos. En el caso de la tiroiditis de Hashimoto o Graves, el sistema inmune está atacando tu tiroides.
¿Cómo sabes si tienes tiroiditis autoinmune? La clave está en los anticuerpos, hay diferentes para diferente tipo:
Anticuerpos presentes en Hashimoto:
- Anti-tiroides peroxidasa (anti-TPO)
- Anti-tiroglobulina (anti-Tg)
Anticuerpos presentes en Graves
- Anticuerpos receptores de la TSH (TRAb)
Generalmente un hipertiroidismo de Graves se transforma en hipotiroidismo cuando la tiroides no da más de si.
Si se detecta un Hashimoto en las fases iniciales, puedes ver también un hipertiroidismo inicial. Esto ocurre cuando los anticuerpos atacan la tiroides y un exceso de hormonas tiroideas entran en el sistema. No se eliminan y entonces se convierte en hipotiroidismo. Por lo que es importante analizar todos los anticuerpos.
¿Qué puede contribuir a una enfermedad autoinmune?
Para la mayoría de personas, es una combinación de estas tres áreas las que influyen en el caos y en desarrollar una enfermedad autoinmune:
Genética
Nuestra genética es influenciada por el entorno. Es decir, por la comida que comemos, el ejercicio que realizamos, las toxinas medioambientales, la calidad de sueño, el estrés… Solo porque tu tengas el gen (TYK2) que te pone en un riesgo más alto de desarrollar una enfermedad autoinmune, no significa que lo hagas. La genética cárga la pistola, pero tus hábitos diarios son el gatillo.
Salud intestinal
Cuando tu sistema intestinal no funciona bien, esto deriva en estrés e inflamación para el sistema inmune. Pono cinel de ácido gástrico, malas digestiones, infecciones, uso frecuente de antibióticos y una inflamación generalizada, puede hacer que tu sistema inmune se ponga en marcha.
Cada vez hay más estudios sobre ciertos tipos de bacterias y cómo afectan a las enfermedades autoinmunes.Es interesante realizar un test de heces para ver más profundamente qué es lo que está pasando. Generalmente se ven malas digestiones e infecciones intestinales. Un patógeno que se asocia a Hashimoto y Graves es el Helicobacter Pylori. Esto tiene sentido ya que este Helicobacter Pylori vive en el estómago y crece con el ácido estomacal. Esto provoca que tengas menos ácido gástrico para descomponer los alimentos, dando lugar a malas digestiones, sensibilidades limentarias, baja motilidad intestinal y sobrecrecimiento bacteriano.
Estrés crónico
Cuando hablo de estrés crónico me refiero tanto a estrés mental/emocional, como también estrés físico derivado de una deficiencia de nutrientes o un factor estresante químico como las toxinas de nuestro entorno. Suele ser siempre un mix de todo esto, la acumulación de factores estresantes durante largo tiempo, hace que nuestro cuerpo llegue a un punto extremo, afectando a nuestro sistema inmune.
Si bien aún se desconoce el mecanismo exacto de cómo el estrés contribuye a la autoinmunidad, se presume que las hormonas neuroendocrinas desencadenadas por el estrés conducen a una desregulación inmunitaria, que en última instancia da como resultado una enfermedad autoinmune, al alterar o amplificar la producción de citoquinas. El tratamiento de la enfermedad autoinmune debe incluir, por lo tanto, el manejo del estrés y la intervención conductual para prevenir el desequilibrio inmunitario relacionado con el estrés.
Resumen
Dadas las áreas que pueden afectar las afecciones tiroideas autoinmunes, debemos tener en cuenta todos los tipos de estrés y el estado de salud intestinal al trabajar para mejorar nuestra situación.
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