Cómo tomar el control sobre tus alimentos desencadenantes

Alimentos desencadenantes
Alimentos desencadenantes

Las dietas nos enseñan que no nos podemos controlar alrededor de la comida. Que necesitamos controladores externos o reglas sobre qué y cuando podemos y no podemos comer, o de lo contrario te saldrás de tu camino. Pero en realidad, son las dietas y las restricciones lo que causa el comer el exceso.

Cada vez que nos prohibimos, que dejamos de comprar esos alimentos desencadenantes, para no tenerlos en casa, o etiquetamos los alimentos como «buenos» o «malos», terminamos comiéndolos demás, devorándolos y nos cuesta decir que no siempre que tenemos delante esos alimentos. La restricción y la privación engendran culpa, lo que eventualmente conduce a comer en exceso o atracones. Cada vez que limites la cantidad o el tipo de alimentos que comes, te está preparando para comer en exceso en el futuro. Es por eso que uno de los principios fundamentales de la alimentación intuitiva es hacer las paces con la comida.

El balancín de culpa y privación

Usemos un ejemplo. Cuando estás a dieta, la culpa disminuye, porque estás «en el buen camino», pero la privación aumenta porque estás restringiendo ciertos alimentos de tu alimentación

Eventualmente, llega a un punto de inflexión y cedes. Comes los alimentos que no te permitías. Entonces la privación disminuye pero la culpa aumenta.

Ahora puedes estar pensando «pero ni siquiera estoy a dieta». Retrocede y pregúntate: ¿cuáles son tus reglas en torno a la comida y tu alimentación? ¿Estás restringiendo inconscientemente? ¿Piensas que los carbohidratos son «malos»? ¿Intentas no comer después de una hora determinada? ¿Evitas comprar ciertos alimentos para mantenerlos fuera de tu casa? Incluso si no te estás privando de las dietas tradicionales, la amenaza de privación futura está implícita cuando te sientes culpable o avergonzado por lo que estás comiendo. Y esta culpa conducirá a los antojos y a comer en exceso. Y eventualmente, comienzas a hacer dieta o restringir nuevamente. Y el balancín continúa moviéndose.

Entonces, ¿cómo te sales de este juego, cómo saltas fuera de ese balancín?

Tienes que darte un permiso incondicional para comer todos los alimentos. Debes crear abundancia, lo que significa abastecer tu casa con alimentos que normalmente no compras y que mantienes fuera, y comer alimentos que no crees que «deberías» comer. Necesitas establecer un entorno donde puedas comer lo que quieras, cuando quieras. Una vez que permitas que todos los alimentos sean parte de tu vida y te liberes de la escasez y la privación, podrás sintonizar tu cuerpo para saber lo que realmente quieres comer.

Entonces, eso significa que ¿puedo comer lo que quiera, cuando quiera?

La pregunta que generalmente obtengo en este punto es: «Espera: ¿la alimentación intuitiva realmente significa que puedes comer lo que quieras, cuando quieras?». La respuesta es NO, no exactamente.

Con la alimentación intuitiva, tienes permiso para comer lo que quieras, en cualquier momento que desees. Pero eso no significa que realmente lo hagas. Comer lo que sea, sin escuchar tus señales de hambre y saciedad, no sería una experiencia muy satisfactoria e incluso podría causar molestias físicas como hinchazón, náuseas, acidez estomacal, gases, etc.

Hambre, plenitud, satisfacción, cómo nos hace sentir la comida: todo eso es importante, pero la alimentación intuitiva también significa usar tu cerebro y tu experiencia. Una vez que trabajas esa mentalidad, te olvidas de las dietas y de la voz restrictiva, una vez que haces las paces con la comida, puedes escuchar a tu cerebro y tomar una decisión que se basa en el cuidado personal y la abundancia, en lugar de la privación y restricción.

Pero si tengo mis alimentos desencadenantes en mi casa, ¡siempre los comeré en exceso!

Muchas personas temen que al no tener restricciones, al tener esos alimentos desencadenantes en su casa, siempre querrán comerlos, y comerán en exceso de esos alimentos. Y sí, eso puede suceder durante algunas semanas mientras tu cuerpo se acostumbra al hecho de que los alimentos están ahí. Pero eventualmente, una vez que la escasez ha desaparecido, puedes sintonizar con tu cuerpo, escucharlo y realmente decidir si quieres esa comida, ese alimento o no. ¿Y adivina qué? Llegará un momento en el que no quieras comértelo.

Uno de los ejemplos más claros para mí fue con el chocolate. Nunca me permitía tenerlo en mi casa: helados, barras de chocolate, galletas, nada. «¡No podré controlarme!». Pensaba: «¡Me lo comeré todo de una sentada!». Así que prefería tenerlos fuera de casa para evitar la tentación. Cuando me mudé a vivir con mi pareja, los armarios comenzaron a llenarse de tabletas de chocolate, cada noche se comía unas cuantas, bastante onzas, después de cenar. Al principio, me descontrolé y comí un montón de chocolate. Pero eventualmente, después de varias semanas de tener el chocolate en mi cocina, comencé a olvidar que estaba allí. Sabía, y confiaba, que no iría a ningún lado, por lo que podría preguntarme «¿quiero chocolate esta noche?» Y la mayoría de las veces, la respuesta fue no.

Esto se explica con la ciencia de la habituación: cuanto más se expone a un alimento, menos interesado estás por él.

Cómo hacer las paces con la comida

Hacer las paces con la comida significa permitir que todos los alimentos entren en tu mundo, de modo que elegir chocolate se vuelva emocionalmente igual elegir un melocotón. Cuando sabes que la comida estará allí y que tienes permiso para comértela, cada día que quieras, no se convierte en algo tan importante y obsesivo. La comida, ese alimento desencadenante pierde su poder sobre ti.

Hay cinco pasos a seguir para comenzar a hacer las paces con la comida y dejar de comer en exceso. En mi programa Transforma tu relación con la comida puedes vivir todo el proceso y hacer las paces con la comida:

Paso 1

Haz una lista de todos los alimentos que te resultan más tentadores. Puede ser cualquier cosa, ¿cuáles son tu alimentos desencadenantes? ¿Qué es lo que te gusta comer?

Paso 2

Ahora revisa y marca los alimentos que realmente comes normalmente. Luego encierre en un círculo los que has estado restringiendo, ya sea conscientemente (como en una dieta) o inconscientemente (a través de las reglas o normas que te impones, que mantienes fuera de casa…).

Paso 3

Elige uno de esos alimentos «prohibidos» que marcaste con un círculo, cómpralo y guárdalo en casa. Date permiso para comerlo cuando quieras.

Paso 4

Cuando te lo comas, cómetelo consciente e intencionalmente. Comunícate contigo mismo mientras estás comiendo: ¿sabe tan bien como imaginaste? Si crees que realmente te gusta, date permiso para comprarlo nuevamente.

Paso 5

Asegúrate de tener suficiente de esos alimentos para crear una sensación de abundancia, para que sepas que estarán allí cuando los desees. Continúa dándote permiso para comerlos.

Este proceso no será fácil y si has estado restringiendo ciertos alimentos por un tiempo, puede ser realmente aterrador. Comienza eligiendo un alimento prohibido que le provoque menos ansiedad.

Recuerda, este proceso de superación no se consigue en un día o una semana, sino muchas semanas y posiblemente incluso meses. No se preocupes si te sientes que estás comiendo demasiado de esos alimentos desencadenantes. Eventualmente, llegarás a un punto donde tu cuerpo sabrá y confiará en que tienes acceso a esa comida y los comerás mucho menos frecuentemente.

Si quieres dar el siguiente paso para olvidarte de las dietas y curar tu relación con la comida, puedes conseguirlo, solo necesitas el apoyo y las herramientas adecuadas. Descubre mas sobre mi programa online Transforma tu relación con la comida.

Cómo detener los antojos de dulce después de las comidas

Antojos de dulce
Antojos de dulce

Tener antojos de algo dulce después de las comidas es un hábito muy común, se podría decir que es una asociación aprendida y tan integrada en nosotros que parece hasta natural.

Si siempre tomas algo dulce al terminar tus comidas, entonces tu cuerpo comenzará a esperar siempre algo dulce.

Tu cuerpo te acosará hasta que le des algo dulce porque le has entrenado a pensar que una comida no está terminada hasta que no come algo dulce.

Estos antojos por dulce pueden ser bastante fuertes justo después de comer o cenar. Eso es porque normalmente comemos postre después de las comidas y cenas, pero no del desayuno. Tu cuerpo no tiene el hábito de tomarse algo dulce después de desayunar.

Conforme el día avanza, tu energía, motivación y humor van cayendo. Cuando comes algo dulce, tu cerebro libera serotonina, la hormona de la felicidad. Los dulces también aportan mucha energía, dándote ese empuje que necesitas, aunque los efectos no duran demasiado.

La buena noticia, es que puedes entrenar a tu cerebro para detener los antojos de dulce después de las comidas.

Aquí tienes mi estrategia favorita que puede ayudarte a reducir esos antojos por dulce.

El truco de la hora

No creo en la teoría de la privación, así que uso el truco de la hora todo el tiempo para ayudarme a sobrellevar todo tipo de antojos. Esto es lo que hago:

Lo primero, date permiso para comerte el dulce o lo que se te antoje.

Entonces, simplemente espera una hora para comerlo. Si después de esa hora todavía sientes que quieres el dulce, entonces disfrútalo! La mayoría de las veces, te olvidarás de que lo tenías. Importante que no te pongas una alarma, si no te has parado a pensar tu mismo de forma natural sobre ese dulce, es porque no lo querías de verdad.

El truco de la hora funciona porque retrasa la satisfacción hasta que el ansia disminuye.

La mayoría de los antojos duran poco tiempo. Si eres capaz de esperar, lo más seguro es que desaparezca.

Piensa en los antojos como en una ola, vienen y se van, no puedes hacer mucho para detener una ola. Pero te ayuda a darte cuenta de ella, mírala, obsérvala y espera a que pase.

Te llevará unas pocas semanas, pero si puedes retrasar el satisfacerte hasta que el antojo de dulce pase, entonces podrás romper el hábito de comerte algo dulce después de comer o cenar.

Otra opción es sustituirlo por una opción más saludable, como yogur o fruta. Esta es una buena opción a corto plazo porque es una opción que ayuda a tu metabolismo y le aporta cosas buenas, pero realmente, no rompe el hábito a largo plazo.

Prueba el truco de la hora y comprueba si funciona para ti y te ayuda a detener los antojos de dulce.

Si te ha gustado este truco, entonces te encantará Transforma tu relación con la comida, mi curso online para ayudarte a dejar de darte atracones y de comer emocionalmente.

Hay muchos más trucos y consejos que me encanta compartir contigo para que te ayuden a sortear con esos antojos y sentirte en control con la comida.

La comida está para que la disfrutemos

El disfrute y el comer en exceso tienen una relación muy interesante.

Y complicada…

La mayoría de las personas piensan que comer en exceso tiene algo que ver con el placer o el disfrute.

«Sabe bien»

«No quiero parar»

«No podría decir que no – No quería privarme.»

Una parte de nuestro cerebro nos dice que comer en exceso es sobre disfrutar de un montón de comida, de satisfacer un antojo, de darnos algo que realmente queremos.

La verdad es, que comemos un montón de comida que no nos proporcionan placer.

Piensa en alguno de esos últimos atracones, alguna vez que hayas comido más de lo que deseabas haber hecho, y pregúntate:

  1. Lo que comí, en una escala del 1 al 10, ¿cuánto me gustó?
  2. ¿Que porcentaje de eso que comí, realmente, disfruté al 100%, de toda la experiencia y todo el sabor?

Si eres como la mayoría, puede que hayas comido algo que de verdad te gustase. O puede que hayas comido algo, que en realidad no era tan delicioso como habías pensado. O quizás lo era.

Es aún más probable que no saboreases ni disfrutases de cada bocado, de esa cosa que pensabas era tan maravillosa.

De hecho, a menudo pregunto a mis clientes «Si dejaras de comer cuando ya no saboreases, ¿comerías menos cantidad? ¿cuánto menos?».

Las respuestas son a menudo sorprendentes.

¿Comerías menos si dejaras de comer cuando ya no lo saboreases?

Comemos mucha comida que realmente no saboreamos o disfrutamos.

Utilizamos la comida para reemplazar el disfrute, la alegría que nos falta en nuestras vidas.

Porque estamos ocupados o cansados, o porque creemos que tenemos que «merecerlo» o «ganarlo» o solo hacer grandes cosas por nosotros mismos después de que todo lo demás se hayan hecho (¿alguna vez terminas con tu lista de cosas por hacer?).

La comida es fácil, la comida es accesible y la comida «no ocupa» espacio. Podemos realizar múltiples tareas mientras comemos.

El problema es que comemos por disfrute, pero sin disfrutar de nuestra comida.

La comida es algo que podemos experimentar con todos nuestros sentidos. Saborear por completo lo que comemos significa experimentar no solo el sabor, sino también la textura, el olor, la apariencia.

La comida existe para que la disfrutemos.

Y la comida no está destinada a ser nuestra única alegría o nuestro salvavidas cuando el día no fue bien. La paz con la comida requiere un mejor equilibrio. Nos merecemos un mejor equilibrio.

Disfrute y comer, disfrute y comer en exceso. ¿Cuál es la relación entre ambas en tu vida? ¿Están en equilibrio?

¿Qué paso podrías dar esta semana para añadir más alegría – más disfrute real y sabroso – a su vida, sin que sea comida?

Como mejorar tu fuerza de voluntad

Una cosa que surge muy a menudo en las primeras visitas con mis clientes es el término «fuerza de voluntad». Es muy común oír sobre la frustración que han sentido porque no han tenido éxito anteriormente y se quejan de que no tienen suficiente fuerza de voluntad y del sentimiento de que se han fallado y se han decepcionado a ellos mismos.

«Debería ser más fuerte». «¿Cómo puedo ser tan disciplinada en el resto de mi vida y sentirme tan fuera de control con la comida?

Y parece que tiene sentido. Cuando estás acostumbrado a tener éxito con esfuerzo y duro trabajo, esta estrategia tiende a ser a la que recurres para todo. Muchas mujeres con las que trabajo tienen una ingreible capacidad de fuerza de voluntad en el resto de sus vidas. Pero no funciona cuando la mezclas con un día estresante, sentimientos de cansancio y una bandeja de galletas en la encimera. Si dependes de la fuerza de voluntad, te dejará tirado y te fallará.

Centrarte en tu fuerza de voluntad acabará quemándote y dejándote con el sentimiento de estar enfadado contigo mismo. A largo plazo no es una estrategia que te vaya a servir, no mola tener que estar siempre atentos y en guardia y al mando de todo, todo el tiempo. De hecho, es agotador ¿no crees?

Piensa en tu fuerza de voluntad como si fuese un músculo. Cuando lo usas demasiado se cansa. Y al igual que un músculo, si lo usas habitualmente (pero sin agotarlo) se hace más y más fuerte.

El problema es que la mayoría de las personas gastan su fuerza de voluntad en cosas, decisiones que no marcan una gran diferencia o que no tienen gran importancia.

Así, cuando realmente necesitas la fuerza de voluntad, ¡se ha agotado! La has desperdiciado preocupándote en cosas sin importancia, en vez de en cosas que realmente marcan una diferencia.

Si quieres tener más fuerza de voluntad y autocontrol, necesitas aprender a conservar tu energía para esas cosas que sí que tendrán un gran impacto en ti.

No te olvides del aliño
Siempre aliño mis ensaladas, ¿les estoy añadiendo grasa? Pues sí, están más ricas y me dejan con ganas de más

¿Qué son las cosas sin importancia? ¿En qué es en lo que de verdad deberías centrarte?

Deja de preocuparte por la cucharadita de miel del aliño de la ensalada. ¡Estás comiendo ensalada! Bien hecho, celébralo! Tomar un poco de azúcar o de grasa no va a frustrar tus objetivos. Te ayudará a disfrutar mucho más de la ensalada, y seguramente, de forma natural, seguirás eligiendo ensaladas para comer. Esto sí que marca la diferencia.

PRACTICA: Centra tu energía (y fuerza de voluntad) en cocinar más en casa y tomar más verduras. Y no pasa nada si necesitas añadir un poco de aliño, queso o aceite de oliva. No te distraigas con las cosas pequeñas.

No te preocupes en dejar de tomar hidratos, o gluten, o lactosa o lo que sea que es tendencia estos días. Esto no es el motivo por el que subes de peso. Ya sabes que alimentos marcan gran diferencia en tu salud, peso y felicidad… Alcoho, procesados, comida rápida, fritos, azúcares refinados, refrescos… y otros alimentos «ocasionales» (que puedes estar accidentalmente comiendo cada día)

PRACTICA: No limites ningún grupo de alimentos, pero ten como objetivo comer y beber menos de los alimentos «ocasionales». ¿Puedes planear disfrutar más días sin beber alcohol o tomar una bebida menos al día/semana? ¿Puedes comprar una chocolatina menos cada semana y añadir una pieza de fruta más? ¿Puedes cocinar en casa una noche más a la semana?

No te preocupes de si hacer cardio o levantar pesas quemará más calorías. El mejor ejercicio es el que te gusta hacer. Así que si odias correr, ¿por qué deberías hacerlo? Siempre lo sentirás como un martirio, una tortura. Incluso si yoga o dar u paseo no quema tantas calorías, si te gusta, lo practicarás con mucha más consistencia y eso sí que es importante.

PRACTICA: Encuentra un ejercicio, un deporte, un movimiento con el que disfrutes, incluso si no es demasiado intenso. No desperdicies tu fuerza de voluntad imponiéndote un deporte que odias, porque no lo harás. El mejor ejercicio es aquel que disfrutas y que lo practicas de forma consistente.

Una buena caminata siempre sienta estupendamente, y no se siente como ejercicio

Pongámoslo en práctica: ¿Cómo conseguir más fuerza de voluntad y autocontrol?

Elige tres cosas que quieras conseguir en términos de salud. Solo céntrate en conseguir esas tres cosas.

Por ejemplo, mis prioridades son comer más de 5 porciones de verduras al día y 2 piezas de fruta. hacer ejercicio y dormir 8 horas. Si consigo más cosas, genial, pero esto es lo mínimo que quiero lograr.

Según tu músculo de «fuerza de voluntad» se hace más fuerte, puedes ir añadiendo otro hábito. Por ejemplo:

Siempre comer sentado en la mesa, sin móvil, sin tele ni ordenador que me distraiga.

Caminar 10.000 pasos al día

Comer carne roja solo una vez a la semana

¿Qué te parece esta idea? Me encantaría oír si te identificas, ¿cuales son esos grandes hábitos en los que te quieres centrar? ¿en qué has malgastado tu fuerza de voluntad?

Cómo sobrevivir a todos esos dulces de Halloween

Por mucho que insistas en que eres más de celebrar el Día de Todos los Santos, no podrás negar que Halloween cada vez tiene más presencia en la sociedad. Los niños lo celebran en el colegio, llaman a tu puerta «amenazándote» con «Truco o Trato» y los caramelos invaden las estanterías de los supermercados.

Muchos titulares que verás ahí fuera se referirán a «Cómo resistir tal invasión de dulces». Pero la ciencia del comportamiento de la alimentación demuestra que cuanto más intentemos no comer alguno de esos dulces, más tenderemos a darnos un atracón de ellos. Así que antes de que decidas prohibir los caramelos en tu casa o maldecir tu falta de fuerza de voluntad, entendamos un poco sobre la ciencia del atracón de los dulces de Halloween y haz paz con la comida este años.

La ciencia detrás del atracón de caramelos

Estudios en el área «habituación alimentaria» demuestra que cuanto más estés expuesto a la comida, tu cerebro menos se preocupará por ella. Como resultado, tu deseo de comer disminuirá. Esto se ha demostrado con diferentes tipos de alimentos, patatas fritas, queso, pizza y chocolate.

Tiene sentido: imagínate que te dicen que puedes comer pizza para cenar cada noche. La primera noche es genial, pero a la 5ª y 6ª noche, la pizza habrá perdido su atractivo y seguramente comerás menos porciones que la primera noche. Al igual que te acostumbras al ruido del tráfico o de los vecinos, también puedes habituarte a un alimento cuanto más lo comes.

Lo contrario también es cierto. Cuando no tienes acceso a ciertos alimentos, tu cerebro pensará más y más en ellos. Así si has estado de viaje un tiempo sin poder comer el tipo de comidas que te gusta, ¿qué harás en cuanto vuelvas a casa? Exacto! Las comidas que has echado de menos mientras estabas de viaje.

Lo mismo pasa cuando tu etiquetas los alimentos «fuera de límites». Tan pronto como te digas a ti mismo que no puedes comer, digamos, postres, caramelos o chocolate, tu cerebro se obsesionará con esas comidas y hará que tengas antojos. Entonces, cuando vuelvas a tener acceso a esa comida, lo que harás será comer mucha más cantidad pues no sabrás cuando volverás a poder comerlo de nuevo.

Halloween

Si has estado evitando los caramelos, las barritas de chocolate, los M&M desde el último Halloween, lo que tienes que hacer este año es darte permiso para comerlos. Pero cuando te dices «solo me comeré una gominola», tu cerebro se ilumina con interés y a menudo es difícil pararlo. Esta es la reacción derivada de la privación, restricción.

Cómo evitar atracones con los caramelos de Halloween

  • Date permiso incondicional para comer

Hacer las paces con la comida, permitiendo que todos los alimentos entren en tu patrón alimentario. Esto significa que elegir una barrita de chocolate, se vuelve emocionalmente igual a elegir una pieza de fruta. Dejando ir cualquier tipo de límites, la intensidad del deseo de comer de más desvanecerá. Recuerda, Halloween no es la única vez que puedes comer dulces.

  • Come lo que realmente quieras

Puede que asuste un poco eso de eliminar límites de la comida que puedes comer, irónicamente, una vez que sabes que puedes comerlo siempre que quieres, serás más capaz de saber lo que verdaderamente quieres. Cuando te permites comer cualquier cosa, tienes que preguntarte «¿Realmente lo quiero?» Puede que te des cuenta que esos dulces que solías desear ya no son tan buenos como pensabas.

  • No intentes compensar

Esto quiere decir que no hagas un trato contigo mismo, no te digas que harás más ejercicio para quemarlo, o que te saltarás una comida para hacerle hueco. Estos tratos son un tipo de restricción y conducen a la urgencia y a comer en exceso. Échale un vistazo al artículo Qué hacer después de un atracón.

  • Para el diálogo negativo

Cuando comienzas a echarte la culpa por tu falta de control o de fuerza de voluntad, recuerda lo que dice la ciencia. Recuérdate que las dietas y las reglas sobre comida te llevan al fracaso. Comerte un dulce o muchos, no significa que hayas fracasado, significa que eres humano.

¿Estás listo para olvidarte de las dietas y redescubrir el disfrute de la comida?

Trabajo de forma online con clientes, ayudándoles a cambiar su relación con la comida y decir adiós a las dietas de una vez por todas. Descubre más sobre mi programa Transforma tu relación con la comida y échale un vistazo a como puedes encontrar el equilibrio y desarrollar un estilo de vida saludable a largo plazo, sin necesidad de dietas.

Como disfrutar del verano cuando no te gusta tu cuerpo y te sientes estresado con la comida

Para todos aquellos que siguen una dieta, que tienen dificultades con su peso, que no sienten confianza en cuanto a su cuerpo y su relación con la comida, el VERANO puede ser causa de miedo y pánico.

Cada día, nos bombardean con tácticas para conseguir «el cuerpo del verano», moldearlo y perder peso, para que así podamos estar felices, corriendo en la playa y disfrutando del verano de nuestras vidas. De ahí que pensemos que si no hacemos/conseguimos esas cosas, no podremos ser felices. Y a medida que nos acercamos más y más al verano y no tenemos el cuerpo que creemos deberíamos tener, nos sentimos estresados, ansiosos y estoy segura que ya tienes una retaila de excusas inventadas para no tener que ir a la playa.

Una de las cosas más comunes que veo en personas que sienten esto (yo solía sentirme así) es el miedo de estar alrededor de amigos, conocidos que no hemos visto desde hace tiempo. El miedo a que nos critiquen nos abruma, tenemos pavor a los comentarios de las personas que queremos y los pensamientos de que «nos hemos descuidado».

La comida también puede ser como una olla a presión. Vacaciones, bbq, días en la playa, picnics, aperitivos, cenas tardías… todas esas cosas que nos sacan de nuestra rutina y con ellos de «nuestro control».

El verano por naturaleza impulsa al comportamiento de blanco o negro con la comida. O bien estoy haciendo dieta o no la estoy haciendo y como todo lo que se me pone por delante (lo cual causa culpa y vergüenza, y hace que vuelvas al modo dieta estricta) ¿Puedes identificarte con esta locura?

Pronto, el día de playa no se trata ya de la playa, el agua, la arena y el sol… si no que se trata de no comer nada en todo el día, sentirse demasiado gorda para llevar un bikini, y paralizada por lo que otros puedan pensar de ti con ese bikini.

La bbq familiar ya no va de divertirte con tu familia, si no de la fuerza de voluntad que deberás tener para no comerte todos esos hidratos, el ejercicio que deberás hacer antes para ganarte esas calorías extra y las críticas de esos familiares que sabes van a comentar lo que hay en tu plato o sobre tu peso actual.

Todos esos pensamientos son agobiantes y roban el 100% de la diversión. Ponemos esta presión sobre nosotras desde enero con los propósitos de año nuevo, continúa en las vacaciones y antes de que te des cuenta, te has pasado TODO el año viviendo con una inseguridad, con una ansiedad entorno a la comida y tu cuerpo, que te aísla, te hace infeliz y hace que te estés perdiendo mucho de esta vida.

¿Realmente quieres seguir así? ¿Qué tiene que cambiar? Mira a tu alrededor. Hay personas de todos los tamaños y tallas disfrutando sus vidas y disfrutando del verano. Tu también podrías. ¿Merece la pena seguir castigándote, solo por encajar en esos estándares sociales que alguien ha establecido, antes de poder ser una persona social, de jugar en la playa y de disfrutar de tus vacaciones? Bien, tu decides. Pero quizás pueda ayudarte…

A continuación te dejo lo que me ayudó a mi, y que sé puede ayudarte a ti también. Mis consejos no serán el secreto para perder peso rápidamente y entrar en el bikini, no, mi consejo va más allá, comienza contigo, con tu mentalidad y tu perspectiva.

1. Deja de obsesionarte con tu peso y la comida que comes.

Ya sea verano o no, te animo a que consideres cuantas veces, cada día, estás controlando lo que comes, cuanto pesas, como está tu estómago o tus muslos, comparando cuanto solías pesar y cuando pesas ahora, si te vale la ropa y cómo de infeliz eres con el cuerpo que tienes ahora mismo.

Pensar, controlar de forma excesiva todas estas cosas, además de ser enfermizo, hace que te bloquees y no puedas crear una relación intuitiva con la comida y una conexión positiva con tu cuerpo (qué es lo que sientes, compasión y apoyo a tu propio cuerpo vs a cómo nos vemos o cuanto pesamos).

Tenemos que comenzar a eliminar, echar todo ese ruido de nuestra cabeza, esos pensamientos que no nos hacen ningún bien, para poder así escuchar a nuestro propio cuerpo. ¿Anotas todo lo que comes, pesas tu comida y a ti? Quiero que te preguntes ¿por qué? Y considera cómo te sentirías si ya no lo hicieses, si te liberases de ello. Vivirás con mucho menos odio hacia ti misma, negatividad y sentimientos de que has fallado.

Comienza a celebrar otros aspectos de ti misma, como quién eres, qué te gusta hacer y que tipo de diversión querrías disfrutar este verano.

Habrá espacio para otras cosas además del deseo de comer y pesar menos.

Sé que da miedo, pero ¡rétate! ¿cuántas veces te has levantado sintiéndote bien, luego pones un pie en la báscula, no ves lo que querías y esto arruina tu día? ¿cuantas veces te has sentido bien, luego has mirado la app que te ayuda a controlar las calorías y has visto que has agotado todas las que te correspondían para el día, y te toca restringirte a pesar de que tienes un hambre atroz? Estos comportamientos eliminan la alegría de vivir, destruyen tu humor, te dejan atrapada en ese sitio donde no puedes crecer ni avanzar. Te hacen infeliz.

Este verano, comienza cada día escuchando a tu cuerpo. No lo compliques demasiado. Honra tu hambre, baja el ritmo, céntrate en cómo te sientes o quieres sentirte vs el número de la báscula y observa como tu humor y tu bienestar general comienzan a cambiar. Es con estos cambios que tendrás ganas de más y más eventos este verano.

2. No se trata de ti (se trata de ellos).

Sé como te sientes. Estás aterrorizado cuando tienes que ver a amigos y familiares después de que tu cuerpo ha cambiado. Puedes sentirte paralizada con la posibilidad de las críticas, y eso muchas veces me hizo decir que no y quedarme en casa. Prefieres quedarte en casa hasta que «recuperes tu cuerpo».

Este deseo de querer tu cuerpo de vuelta, puede hacer que pierdas amistades y te pierdas muchos eventos familiares. Hace que pongas tu vida y tu diversión en pausa. Sólo por el tamaño de tu cuerpo.

Quiero que lear bien esto: NADIE TE ESTÁ JUZGANDO A TI.

Se están juzgando a ellos mismos. En cualquier momento que alguien haga comentarios sobre tu cuerpo, peso o qué hay en tu plato, se están autoproyectando. Si es saludable, puede que te desanimen porque ellos no creen que pudiesen elegir opciones saludables sobre las que no lo son. Si es sobre tu cuerpo, puede que ellos odien el suyo, o se sientan inseguros o incómodos y estén intentando desmoralizarte para sentirse ellos un poquito mejor.

No se trata de ti. Y tu eres mucho más que solo tu cuerpo, peso o hábitos alimenticios.

Así que aprovéchate de esas otras cosas y hazlas brillar! ¿Eres graciosa? ¿Se te da bien contar historias? ¿Eres una buena oyente? ¿jovial? Se tu misma y disfrútalo. Si tu estás en tu luz y no en tu sombra… nadie tendrá nada que decir.

  • Sí, esto es lo que yo voy a comer!
  • Sí, este es mi cuerpo en mi bikini!
  • Sí, no voy a permitir que nadie me pare y voy a disfrutar.

¿No te gusta mucho más esta versión de ti?

3. ¡La vida es corta! Cambia tu perspectiva y no desperdicies otro minuto.

Me he perdido un montón de cosas porque no me gustaba mi cuerpo, o tenía miedo de estar con otras personas porque no sentía que fuese lo suficientemente buena o me sentía insegura de mis capacidades

¡Y no quiero que esto te pase a ti!

Así que para comenzar a superar estos miedos que tienes, tienes que llenarte de la perspectiva que sí que quieres, para así eliminar eso que no quieres.

Este es el método que uso en las consultas privadas. Es mucho más sencillo, porque la realidad es que todos esos pensamientos negativos existen por una razón. Cómo creciste, que se te inculcó desde pequeña, la sociedad, el marketing, las redes sociales… lo mejor que puedes hacer para darle la vuelta, es poco a poco pero de forma segura, centrarte en algo diferente. algo más productivo, más positivo.

Puedes comenzar por aquí:

  • Céntrate en qué te gusta de tu cuerpo, no en lo que no te gusta.
  • Céntrate en qué estás haciendo y cuanto te estás divirtiendo vs tu peso o la comida.
  • Céntrate en cómo te sientes y otros aspectos de salud vs la talla o el tamaño de tu cuerpo y el número de la báscula.
  • Céntrate en ingredientes deliciosos de verano, una parrillada de verduras, melocotones jugosos, sandía super sabrosa… vs los ingredientes que temes comer.
  • Sal y muévete, porque te hace sentir genial y disfruta del sol vs hacer cardio en el gimnasio solo para quemar calorías.

¿Qué te parece? ¿Te sirvió de ayuda? Comparte conmigo tus momentos ‘aha’.

Otros artículos que te pueden resultar interesantes

Cómo ser más amable contigo mismo

Se amable contigo mismo

Solía ​​ser muy buena castigándome.
Cada día, por la tarde noche, solía repasar todo aquello que había hecho mal, en lo que había fallado, obviando y descuidando aquello que había hecho bien.

Soy una persona que espera mucho de si mismo. Y así me pasaba, que me decepcionaba cada dos por tres cuando era o hacía algo menos que perfecto.

Así que el propósito de año nuevo que me hice el año pasado (2018) fue sencillo: Ser amable conmigo misma … excepcionalmente amable. Esto hizo que tuviese que cambiar mis patrones de pensamientos y hábitos.

Este experimento me hizo darme cuenta que cuando soy amable conmigo misma, tengo mucha más confianza. Ya no necesito los elogios de los demás para sentirme bien (aunque siempre se agradecen :P)

Ser amable contigo mismo es amarte a ti mismo.

Ser amable es el acto. El resultado es amarte a ti mismo.

Comienza con el acto. El sentimiento le seguirá.

Durante mi búsqueda de amor propio, uno de los consejos habituales es que «te hables a ti mismo como si estuvieras hablando con tu mejor amigo». Pero sinceramente, siempre he encontrado ese consejo difícil de implementar. Necesitaba algo más práctico, así que

Quería algo más práctico. Así que seguí buscando, y esto es lo que aprendí de mi año siendo amable conmigo misma.

Pero primero… Ser amable contigo mismo significa amarte lo suficiente como para:

  • Perdónate por no ser perfecto. Recordándote que ya eres suficiente.
  • Centrarte en tus mejores cualidades, en lugar de centrarte en tus insuficiencias.
  • Y decir «no» cuando otros te piden demasiado (y saber que la incomodidad temporal que puedes experimentar al hacerlo es mucho mejor que lamentarte luego por haber dicho sí).

Ser amable contigo mismo no es algo que pasa de la noche a la mañana, no te despiertas una mañana y ya eres amable contigo. Es un proceso…

Es algo que tienes que elegir activamente hacer todos los días.

Aquí hay algunas cosas sencillas que he hecho durante el último año o más que me han ayudado a ser más amable conmigo mismo.

Date cuenta de tus pensamientos

¿El primer paso? Date cuenta cuando te estás culpando, lamentándote o cuando estás haciéndote pasar un mal rato.

Si ni siquiera te das cuenta de que te estás castigando, es muy difícil cambiar.

Cuando ahora me acuesto en la cama por la noche y me viene un pensamiento negativo, simplemente trato de notarlo. Puedes decirte a ti mismo «Oh, esto es una comparación» o «esto es ansiedad».

Intenta separar la emoción de ti … (es decir, ESTO ES una comparación vs YO ESTOY comparando).

Intento no caer en «Oh, María, te estás comparando de nuevo. ¡Para! Porque eso no es muy amable. Y no ayuda.»

Esto es sorprendentemente simple y maravillosamente poderoso que puedes comenzar a practicar desde ya.

Prepara primero TU comida

Conozco a muchas personas, y yo entre ellas, que se suele preocupar primero por que el resto de la familia, amigos, comensales coman y se dejan a ellos últimos para el final, y resulta que entonces no queda nada decente.

Si este eres tú, es hora de cambiar.

Es hora de ofrecerte a ti mismo lo mismo que das a los demás.

Sí, te estoy diciendo que te pongas tu primero la máscara de aire, como en los aviones. Pero más prácticamente, haz tu comida primero. O al menos, haz que sea una prioridad darte lo que le das a los demás.

No te estoy pidiendo que seas egoísta. Solo recordándote que es necesario que te permitas tu espacio, que pidas tu parte justa y que seas increíblemente amable contigo mismo.

Reta el tiempo que y con quién pasas en las redes sociales.

Es posible que pasar tiempo en las redes sociales te haga desconectar y distraerte, pero también son un intercambio de energía.

Las redes sociales requieren energía de ti, te quitan energía …

Esta podría ser la razón por la que estás cansado o agotado después de pasarte la tarde deslizando por tu feed. O la razón por la qué sientes que nunca tienes tiempo para ti mismo.

Cuando ya te sientes un poco mal, lo último que quieres hacer es mirar el perfil, el muro de noticias de otra persona. Pero sabrás que puedes tomar el control. Ponte horarios para navegar en las redes, usa apps que te avisen de que te has excedido del tiempo, elimina aquellos perfiles que te hacen sentir mal y sigue y apoya a aquellos perfiles que te hacen sentir bien, que te animan y te enseñan la vida tal y como es, no una ilusión óptica imposible de alcanzar.

Acepta cumplidos

Cómo de común es que pasemos de largo los elogios que nos hacen y las críticas las sintamos como un puñetazo en la cara…

Cuantas veces restamos importancia cuando nos hacen un cumplido, como cuando nos dicen, «uy que vestido más bonito llevas» y respondes «va, me lo compré en rebajas…» o «va, lo tengo desde hace mucho tiempo».

Cuando comienzas a aceptar cumplidos, comienzas a sentirte más digno. No quiero decir que debes solo confiar en los elogios de otras personas para tener confianza o autoestima, pero si creo que a veces otras personas pueden ayudarnos a recordar que somos dignos de aquellos momentos en que es fácil olvidar.

Cambia el habitual «¿este trapo viejo?» por un simple y amable, «muchas gracias».

E incluso recopila todos los cumplidos en un diario, un DIARIO DE PIROPOS.

Es muy bonito guardar un registro todas las cosas bonitas que la gente dice acerca de ti. De lo contrario, te olvidarás y lo único que recordarás a las 2 am es todo aquello en lo que has fallado…

Cuando alguien me envía una nota encantadora, o un amigo me hace un cumplido genuino, lo guardo en un documento de Word en mi ordenador. O en la sección de notas de mi móvil. O en un diario al lado de mi cama.

Suena raro. Pero funciona.

Cuando necesites levantarte el ánimo, puedes leer todos esos piropos y elogios.

No des por hecho que tienes un problema

Si alguien está siendo grosero contigo, por defecto asumes ¿que has hecho algo mal? Por ejemplo, piensas, «Obviamente no les gusto» «¿Tal vez fue algo que dije?»

La verdad es que solo tienes tu punto de vista, tu perspectiva, no sabes realmente lo que esa otra persona están pensando o lo que está sucediendo en su vida y el escenario más probable es que no tenga nada que ver contigo.

Se consciente, seguro, pero también, practica dar menos importancia. Si a alguien no le gustas, está bien. No es tu trabajo en la vida agradar a todo el mundo.

Consuélate

Cuando noto que hay pensamientos negativos en mi cabeza, activo la voz de mi padre. Esta es una voz suave y amable que dice «está bien, lo hiciste lo mejor que pudiste».

Encuentra la voz de tu padre y úsala a menudo.

Pregúntate ¿Qué puedo aprender de esto?

Cuando te equivocas, puedes rápidamente pensar «lo he arruinado de nuevo, ¡qué desperdicio! Ahora tengo que comenzar de nuevo…»

Pero equivocarse, o ser imperfecto (también conocido como ser humano), nunca es una pérdida de tiempo.

Porque siempre hay algo que ganar o aprender de esos errores.

Cuando vuelvas a equivocarte, o te encuentres en una situación incómoda, pregúntate: «¿qué puedo aprender de esto?»

Comenzarás a ver que nada es una pérdida de tiempo y que no todo se ha arruinado.

Elige un mantra

Honestamente nunca he sido muy fan de los mantras, la palabra en sí ya no me gusta…. pero aun así comencé a usar mantras y descubrí que realmente ayudan.

Mi terapeuta me enseñó esto, que estoy practicando y disfrutando recientemente:

«Yo soy suficiente. Soy esencial ”.

Me solía gustar «Me acepto a mí misma y acepto a los demás», el cual me ayudó con mi perfeccionismo / expectativa.

Para mí, un mantra actúa como un interruptor para el cerebro, ayudándome a notar pensamientos inútiles y «cambiar de canal» como encender el mando a distancia.

Cuando entro en modo de comparación, este es mi plan.

a) Primero observo: «Esto es una comparación», luego …

b) Repito mi mantra y luego trato de

c) cambiar el canal. Aclara y repita según sea necesario.

Perdónate por no ser perfecto.

No es tu trabajo en la vida ser perfecto … o hacer que todo salga bien. No necesitas lucir perfecto desde todos los ángulos o hacer que a todos les gustes.

Estás hecho para mucho más.

Si estás siendo duro contigo mismo, es porque esperas la perfección.

Está bien tener altos estándares, soñar a lo grande. Pero no está bien enfadarte contigo mismo cuando te equivocas. Puedes querer mucho para tu vida y también dejar de lado el perfeccionismo que te está frenando.

¿Quizás tienes miedo de que a la gente no le gustes tanto si se dan cuenta que no eres perfecta (divertido / guapo / delgado)?

Curiosamente, cuando muestras tu lado imperfecto, tiendes a gustarle más a la gente. Eso es porque es un alivio cuando descubrimos que alguien más tampoco es perfecto, ¡igual que nosotros!

Cuando te presentas como eres, los demás pueden suspirar aliviados porque también pueden finalmente dejar de lado sus pretensiones y ser quienes son. Y eso es mucho más bonito que todos aquellos que quieren vender humo y pretenden ser lo que no son. ¿No te parece?

Encuentra a alguien que te escuche.

No, no me refiero a tu madre, ni a tu mejor amigo, ni a tu peluquero. Me refiero a un profesional, a quien se le paga por escuchar.

Algunas personas reciben masajes cuando se sienten mal, yo he ido a terapia durante mucho tiempo y es una de las cosas más amables que he hecho por mí.

Vas al gimnasio por tu cuerpo, ¿por qué no ejercitas tu cerebro?

Practica decir que no

¿Te sientes demasiado cansado para salir o ayudar a alguien? Está bien, es normal y no tienes porqué hacerlo.

Siempre me digo: Di no ahora para que no te arrepientas más tarde.

Prefiero sentirme un poco mal, al principio, a corto plazo que lamentarme más tarde durante más tiempo.

Sí, te puedes sentir un poco incómodo diciendo que no, pero te prometo que se hace más fácil y, mientras que decir que no a otra persona puede hacerte sentir que eres poco amable, sabes que es una cosa increíblemente amable que puedes hacer por ti mismo.

Meditar

Me encantaría decirte que es algo que hago a menudo. Pero no. Estoy trabajando en ello. Siempre me siento mejor, confiado y menos ansioso cuando medito.

La meditación puede ser la mejor manera de ser amable contigo mismo.

Así que necesitaba poner «meditar» en esta lista porque ser amable conmigo mismo es también aceptar que no necesito hacerlo todo a la perfección y haberlo hecho todo yo para poder ayudar a otras personas.

Y tal vez tu, lector encantador y amable, puedes dejar un comentario a continuación o en las redes sociales y compartir consejos sobre cómo aprender a meditar de forma más constante.

¿Cómo eres amable contigo mismo? ¿Qué te funciona? Deja un comentario a continuación (en la parte inferior) o comparte conmigo en las redes sociales.

¿No estás feliz con tu cuerpo ni con tu peso? Sigue leyendo…

¿Infeliz con tu peso? ¿Odias tu cuerpo? ¿Te gustaría tener el cuerpo de otra persona?

Sé lo que es sentirse constantemente infeliz con tu peso, tu cuerpo y odiar tu aspecto. Si has estado intentando perder peso toda tu vida pero no has llegado a ninguna parte, entonces es hora de probar un nuevo enfoque (porque amigo mío, esa vieja estrategia que has estado usando claramente no te está funcionando).

Si estás leyendo este artículo, entonces sabes que algo debe cambiar. Ya tienes porqué luchar con la comida, odiar tu cuerpo o tu peso.

A continuación te doy unos consejos para dejar de sentirse infeliz con tu cuerpo y peso:

1. No te saltes las comidas

Lo sé, estas ‘intentando ser bueno’.

Pero de verdad, lo único que pasa cuando te saltas alguna comida por querer adelgazar, es que se crea un sentimiento de privación, te sientes privado y hambriento y te comías todo lo que está a la vista.

Saltarse las comidas disminuye el metabolismo y no ayuda a perder peso. Cuando reduces mucho tus calorías, tu cuerpo reacciona poniéndose en modo supervivencia, reduce su metabolismo (es decir que quemas menos calorías al realizar sus actividades fisiológicas – respirar, dormir, digerir, asimilar…) y almacena el poco combustible que le proporcionas para poder seguir a flote.

Si quieres amar tu cuerpo y tu peso, debes dejar de saltarte las comidas.

2. Cambia tus redes sociales

¿Cuántos años gastarás deseando tener el cuerpo de otra persona antes de darte cuenta de que mirar fotos de personas delgadas no te motiva a perder peso? De hecho, es lo contrario.

A largo plazo, la llamada ‘inspiración’ te hace sentir infeliz con respecto a tu peso y, en general, te hace sentir mal contigo mismo (es decir, te motivas MENOS).

Si quieres amar tu cuerpo y tu peso y estar realmente saludable, debes pararlo, deja de seguir cuentas en las redes sociales de personas que no te hacen sentir bien, guapo o lo suficientemete delgado.

Restringe la forma en que usas las redes sociales. Hazme caso en esto. Revisa tu círculo interno

Feliz con tu cuerpo

3. Revisa tu círculo cercano

Las personas con las que pasas más tiempo tienen mucha influencia sobre ti. Así que, ¿quiénes son sus mayores influencers?

Si sales con una persona cuya alimentación es mala y te hace comer mal, rompe con ella.

Si tu amigo bebe mucho alcohol y te hace emborracharte cada vez que os veis. Háblalo con esa persona y ver como podéis resolver la situación.

Si tienes un amigo que siempre juzga los cuerpos de otras personas, de forma despectiva, haciéndote sentir mal. intenta distanciarte…

Mi familia solía comentar sobre mi comida, que si comía mucho, que si no comía lo suficiente. Un día les expliqué que con sus comentarios no me ayudaban y dejaron de hacerlo.

Puedes decidir quién dejas que te influya en tu vida. Si no quieres estar infeliz con tu cuerpo, toma el control.Aceptar que tu cuerpo es imperfecto.

4. Acepta que tu cuerpo es imperfecto

¿Cuántos AÑOS has desperdiciado odiando tu cuerpo y deseando que fuese diferente? Y todo ese odio, ¿dónde te ha llevado?

En algún momento, debes decidir que tu cuerpo está bien tal como está. Nunca se verá de la manera que tu quiere, siempre le verás algún imperfecto y algo que te gustaría mejorar. Tu cuerpo es imperfecto.

Tienes un par de opciones. Puedes pasar el resto de tu vida odiando la forma de tus muslos o tu barriga, o puedes decidir aceptar que tu cuerpo es imperfecto.

Esto no significa que dejes de trabajar para estar saludable. Pero sí significa que dejes de castigarte y odiarte a ti mismo. Lo que encontrará es que cuando ama tu cuerpo, comer de manera más saludable y hacer ejercicio se hace más fácil.

A mi me salen rollitos en la tripa cuando me siento, tengo un culo blando y y celulitis en mis muslos. Odié mi cuerpo durante muchos años. Pero llegó un punto en el que decidí que odiar mi cuerpo estaba arruinando mi vida y no me llevaba a ninguna parte. Cuando finalmente acepté mi forma natural, cuidar mi cuerpo con una alimentación saludable y ejercicio se hicieron mucho más fácil. Mi cuerpo es imperfecto pero esta sano y fuerte.

5. Elige UN cambio sencillo

Cuando estás sano, se siente bien y es difícil sentirse infeliz con tu cuerpo. ¿Quieres estar más saludable? Empieza poco a poco.

Cambia muchas cosas, de manera rápida y conseguirás que nada perdure demasiado tiempo, da igual lo motivado o las buenas intenciones que tengas. Es siempre mejor, adoptar pequeños cambios e ir progresando, una vez que se han convertido en una rutina, adopta otro cambio nuevo, pasito a pasito se llega mucho más lejos. Ya verás como dentro de un año estarás super agradecido de haber hecho el esfuerzo. Algunos de esos cambios que puedes comenzar a implementar y que son mucho más efectivos que las dietas son:

Cambia los refrescos azucarados por agua.

Dejar el alcohol para el fin de semana y ocasiones especiales.

Da más de 10.000 pasos cada día.

No comas delante de la tele.

Vete a dormir media hora antes.

Cocina más en casa y añade más verdura a tus platos.

Una vez que sientes el nuevo hábito saludable como parte de ti, elige otro y repite el proceso cuando estés listo. Aquí hay algunas ideas más: 29 hábitos saludables sorprendentemente simples.

6. Centrarse en la salud. No en perder peso.

Las básculas pueden ser tu mejor amigo o enemigo. Y la mayoría de las veces es lo segundo. Las básculas te mantienen atrapado en un ciclo emocional, con una obsesión con la comida (lo que a menudo significa que comes más, no menos) y un odio a tu cuerpo.

Cuando dejé de querer bajar de peso y empecé a centrarme en estar saludable, terminé haciendo las paces con la comida, mi cuerpo se fue moldeando y perdí algún kilo. De forma naturalmente, y fácil.

Deja de ‘tratar de ser bueno’ y comienza a tratar de sentirte bien.

Si te gustó este artículo, te encantará mi programa Transforma Tu Relación con la Comida. Es un cambio de vida porque te enseñarle a vivir de manera saludable sin obsesionarse ni sentirse culpable por la comida. No más caerse dentro y fuera de tu camino.

Acabo de darme un atracón, ¿y ahora que?

Si has leído la página sobre mi, conoces mi pasado con los atracones…

Por lo que a continuación, quería darte algo de inspiración y esperanza sobre qué hacer si te has dado cuenta de que has tenido un atracón, y te sientes mal por ello y no sabes dónde acudir.

Estas son cosas que desearía haber sabido en su momento:

«Si vas pasando por una tormenta, sigue caminando» – Winston Churchill.

1. En primer lugar, perdónate a ti misma

Esto es lo más importante que puedo transmitirte. Es una gran lección para todo lo que hacemos en nuestras vidas de las que tal vez no estamos tan orgullosas, pero el atracón puede ser especialmente vergonzoso.

Pasé muchos años avergonzada, manteniéndolo en secreto, castigándome a mí misma, y esto solo me hizo que romper el ciclo fuese mucho más difícil. No eres una persona mala, aún eres fuerte y puedes cambiar esto.

  • Perdónate a ti misma.
  • Habla contigo misma en el espejo.
  • Escucha música que te haga feliz.
  • Mira tu película favorita.

Deléitate con olores deliciosos como la lavanda o la canela. No eres mala porque te diste un atracón, dilo en voz alta si es necesario. Es solo algo que sucedió. Perdónate a ti misma.

Cuando reconoces y aceptas el perdón, rompes el ciclo del autocastigo  y de verte como la mala. Te tratas con amabilidad, cuando hagas esto, serás mucho más propensa a salir de ese bucle, a hacer cosas que te hagan sentir mejor y encontrar una manera de amarte a pesar del atracón.

No estas sola. Me llevó mucho tiempo verlo, pero sabes que no estás sola y perdónate a ti misma por todo. 

Un día, mirarás hacia atrás y verás cómo de fuerte eres, y cómo has contribuido a tu crecimiento.

2. Sabes que puedes superar esto y salir del tunel.

Cuando te has dado un atracón, es casi como una experiencia extra-corpórea. Estás tan hundida en tus sentimientos, que no puedes parar y no te importa nada más.

A menudo me encontraba tan fuera de control, que no quería volver a encontrar el control, porque era demasiado doloroso aceptar la realidad de las circunstancias. 

A menudo pensaba que como ya había llegado tan lejos, ya me había comido medio paquete de galletas, ¿por qué detenerme ahora? ¿por qué no terminármelo entero? Sentía que había arruinado todo el día, toda la semana, que no tenía sentido levantarme de la cama al día siguiente, así que cancelaba todos mis planes con mis amigos, y volvía a comérmelo todo.

Lo que me hubiera gustado saber en esos momentos, es que un atracón no te va a engordar.

Puedes perdonarte a ti misma por lo que comiste, y despertarte al día siguiente, continuando con el camino que llevabas.

Tal vez tuviste una muy buena relación con la comida toda la semana, o hiciste ejercicio todos los días, o pudiste salir con amigos y no te obsesionaste con lo que ibas a comer. ¡Esos son grandes logros! 

No te castigues ni tires la toalla, porque crees que te has «salido del camino». Realmente no hay tal cosa. Simplemente comienza el día siguiente, a los minutos siguientes, con tus hábitos habituales y continúa desde allí. O tal vez no puedas. Tal vez necesites algunos días más para seguir adelante, y eso también está bien. Sigue adelante. Saldrás por del tunel, del círculo vicioso..

  • Perdónate y comienza el día siguiente desde un lugar lleno de amor.
  • No te mires en el espejo ni te digas que eres gordo y feo. Ámate a ti mismo, a pesar de todo. 
  • Al día siguiente haz algo al día que te haga sentir normal, feliz, productivo, bonito, digno, te haga reír, te rete, lo que sea necesario. Sal de la casa. Ponte guapa, viste tus mejores galas… Es lo último que querrás hacer, lo sé, pero esto te ayudará a romper el ciclo. A veces tenemos que fingirlo hasta que lo sintamos. 

A menudo, después de un atracón, si me levantaba al día siguiente y hacía algo tan simple como hablar con alguien que amaba por teléfono, o hacía algo en de mi lista de tareas pendientes, me sentía mejor, me hacía recuperar algo de positividad y avanzar, y eso es lo mejor que puedes hacer.

3. Rompe el círculo: No te restrinjas al día siguiente

El día después de un atracón, solía restringir los alimentos que podía comer, era una especie de compensación, un día me desbordo, al día siguiente no comía casi nada, privando por completo a mi cuerpo del alimento que tan desesperadamente deseaba. 

Me sentía mal, no estaba escuchando a mi cuerpo, pero mi mente me decía que había sido «mala» por darme los atracones y esto era lo que tenía que hacer. Pensaba que así estaba arreglando las cosas. Estoy aquí para decirte que nuestros cuerpos no funcionan así. De hecho, necesitaba desesperadamente comer más y alimentarme.

Debido a seguir una restricción tan drástica … solo sería capaz de aguantar durante cierto tiempo, y volvería a darme un atracón. Este es el clásico círculo vicioso de atracón-culpa-restricción.

Mi cuerpo estaba tan confundido, tan desequilibrado, agotado, y mis emociones y hormonas estaban tan fuera de sintonía, realmente no había forma de romper el círculo fácilmente.

Morirme de hambre no era la solución.

Mi cuerpo gritaba por alimento, por comer cuando tenía hambre, por mostrarle amor, respeto, consideración. No estaba haciendo ninguna de esas cosas, y no es de extrañar que haya seguido un patrón del que no supe cómo salir durante demasiados años.

Así que no importa qué, no importa lo que tengas que hacer, recuerda que una noche de atracones no puede hacerte engordar, puedes romper el círculo al día siguiente sin morirte de hambre. 

Bajo ninguna circunstancia sientas la necesidad, ni te presiones para restringirte al día siguiente. Será mucho más difícil romper el círculo, y simplemente no te lo mereces. 

Encuentra el perdón, trátate con amor y amabilidad, y mira las cosas tal y como pasan en el momento y sigue avanzando. 

No te dejes llevar por contar las calorías que acaba de consumir. Encuentra apoyo en otras personas si puedes, haz algo que te haga sentir bien contigo mismo, duerme bien, bebe mucha agua y despiértate con la intención de seguir amándote a ti misma, perdonarte y seguir adelante.

4. Consigue ayuda extra

Es difícil dejar de comer compulsivamente o emocionalmente sin tener el apoyo correcto.

No es necesario «esforzarse más», solo necesitas hacer algo diferente.

He creado un programa para dejar de comer compulsivamente y dejar de comerte tus emociones. Transforma tu relación con la comida (TRC) es un programa online que te ayudará y te apoyará para que dejes de comer compulsivamente.  Encontrarás videos tutoriales, recetas deliciosas y nutritivas y pdfs con ejercicios para que saques el máximo partido.

Echa un vistazo en este enlace para obtener más información. 

Cómo dejar de obsesionarse por la comida y ser más saludable

¿Siempre estás preocupado por lo que puedes o no puedes comer? Te preguntas constantemente: ¿Esto tiene demasiados hidratos? ¿Puedo comer esa fruta? ¿Qué tiene menos calorías? ¿Esto es bueno o malo? ¿Cuántos puntos hay en eso?

Después de años a dieta y constantemente tratando de perder peso, es común obsesionarse con la comida y los alimentos haciéndose estas preguntas. Te han enseñado que estas preguntas te ayudan a tomar decisiones más saludables.

¡Pero qué pasa si, estas preguntas en realidad hacen que sea más difícil perder peso y estar saludable!

Irónicamente, cuando te obsesionas por tratar de comer de manera saludable, terminas pensando en la comida todo el tiempo.

Obsesionarse con la comida NO te ayuda a que bajes de peso. 
Cuando comienzas una dieta o comienzas un nuevo plan de adelgazamiento, todos los alimentos prohibidos que no está «permitido» comer, se vuelven más tentadores.

Crear una lista de alimentos ‘malos’ como los cereales, el pan, el chocolate, la grasa, la mantequilla solo hará que comas de forma compulsiva o emocional después. En privado. Con rapidez. Y con un pesado sentimiento de culpa.

Obsesionarse con los alimentos también absorbe el placer de la comida y el comer.

Pronto comenzarás a evitar las grasas saludables, los aliños de las ensaladas y rechazando los eventos sociales porque sientes que es muy difícil sobrevivir sin sucumbir a la tentación.  

Muy rápidamente, la alimentación saludable se vuelve un rollo, aburrida y se sientes como un deber.

Está dispuesto a obsesionarte con la comida para lograr tus objetivos de pérdida de peso, pero comer cosas aburridas y decir no a tus amigos por querer perder peso es insostenible.

Inevitablemente, te cansarás de perderte lo bueno de la vida, te dirás que por un poquito no pasa nada y te encontrarás en el otro extremo, habiéndote zampado todo,  sin importarte en absoluto y sintiéndote culpable por haberte caído del carro. Otra vez.

¡Pero no es culpa tuya!

Solo puedes estar obsesionado con la comida durante cierto tiempo antes de que tu cuerpo intente darte un ultimátum con atracones o comer emocionalmente.
Por lo que, si quieres estar sano, tanto física como mentalmente, debes alejarte de la obsesión por la comida.

Prueba estas poderosas estrategias para ayudarte a crear una relación sana y equilibrada con los alimentos, sin obsesiones ni privaciones.

Enfócate en añadir, no en eliminar.


Hablo de esto a menudo en Transforma tu relación con la comida (mi programa online de 11 semanas para evitar los atracones y la alimentación emocional).

Deja de enfocarte en lo que NO PUEDES comer. No crees una lista de alimentos ‘prohibidos’, ya que esto solo hará que los quieras más. 

Así que empieza a pensar en los alimentos que añades a tu dieta.

Esto significa que cuando vayas a un restaurante en lugar de mirar el menú pensando: «Oh, no puedo comer eso, no puedo comer hamburguesas, no puedo comer patatas fritas.»

Comiences a pensar en lo que deseas añadir a tu dieta para estar más saludable (como frutas, verduras, semillas, legumbres, nueces, proteínas de calidad) y encuentra formas de incluir más de esos alimentos.
Entonces, en el restaurante, piensa más en: «La ensalada es una excelente manera de obtener más verduras, el Dahl sería genial porque tiene mucha fibra, tal vez el sándwich de centeno me haga sentir bien».

Naturalmente, tomarás decisiones más saludables sin necesidad de tu fuerza de voluntad. No te sentirás privado y dejarás de obsesionarte por la comida.

Puedes echar un vistazo a mis deliciosas recetas saludables y que te ayudarán a sentirte satisfecho y contento, esto te ayudará a dejar de obsesionarte con la comida, reducir la culpa de la comida y dejar de comer en exceso. Pero empieza con esta sencilla estrategia.

Pregúntate a ti mismo POR QUÉ estoy comiendo (en lugar de qué debo comer).


¿Qué pasaría si, en lugar de preguntarme qué es lo que se me permite comer, comenzaras a hacerte estas tres preguntas: ¿POR QUÉ, CÓMO y DÓNDE?

¿Por qué estoy comiendo? ¿Estoy hambriento, estoy aburrido, estoy estresado, estoy restringiendome o ‘tratando de ser bueno’? ¿Estoy comiendo esto para hacer feliz a otra persona?

¿Cómo estoy comiendo? ¿Estoy comiendo muy rápido, sin masticar? ¿Estoy comiendo sin pensar? ¿Tengo miedo de que alguien venga a casa y vea lo que estoy comiendo? (Esta solía ser yo. ¿Me siento culpable?

Donde estoy comiendo, ¿me estoy escondiendo en la despensa? ¿estoy comiendo delante de la tele? ¿en el sofá? ¿Sentado a la mesa? ¿Rodeado de amigos?

Estas preguntas – y las respuestas – ¡realmente importan! Estas preguntas pueden llevar a grandes cambios en la forma en que comes, lo que en última instancia tendrá un impacto en ‘qué’ quieres comer …

Deja de obsesionarse con lo que puedes comer y comienza a preguntarte: ¿Por qué, cómo y dónde estoy comiendo?

Cuando yo dejé de concentrarme en «qué» comía y empecé a preguntarme «por qué», todo cambió para mí. 

Con el tiempo, naturalmente quería alimentos más saludables. Deja de concentrarte en ‘qué’ comes. En su lugar, intenta devolver el placer a la comida y preguntate: ¿Por qué, cómo y dónde estas comiendo?

 
Tengo muchas más estrategias que me encantará enseñarte a que te ayuden a dejar de obsesionarse con la comida mientras vives saludablemente.

Si estás interesado en aprender más sobre cómo reducir la culpa por comer y quieres dejar de comer compulsivamente o emocionalmente, consulta el programa online Transforma tu relación con la comida, diseñado para ayudarte a sanar tu relación con la comida y terminar con la alimentación emocional.

Abrir chat
¿Necesitas ayuda? 💬
Hola! 🙋🏻‍♀️
¿En qué puedo ayudarte?