Para todos aquellos que siguen una dieta, que tienen dificultades con su peso, que no sienten confianza en cuanto a su cuerpo y su relación con la comida, el VERANO puede ser causa de miedo y pánico.
Cada día, nos bombardean con tácticas para conseguir «el cuerpo del verano», moldearlo y perder peso, para que así podamos estar felices, corriendo en la playa y disfrutando del verano de nuestras vidas. De ahí que pensemos que si no hacemos/conseguimos esas cosas, no podremos ser felices. Y a medida que nos acercamos más y más al verano y no tenemos el cuerpo que creemos deberíamos tener, nos sentimos estresados, ansiosos y estoy segura que ya tienes una retaila de excusas inventadas para no tener que ir a la playa.
Una de las cosas más comunes que veo en personas que sienten esto (yo solía sentirme así) es el miedo de estar alrededor de amigos, conocidos que no hemos visto desde hace tiempo. El miedo a que nos critiquen nos abruma, tenemos pavor a los comentarios de las personas que queremos y los pensamientos de que «nos hemos descuidado».
La comida también puede ser como una olla a presión. Vacaciones, bbq, días en la playa, picnics, aperitivos, cenas tardías… todas esas cosas que nos sacan de nuestra rutina y con ellos de «nuestro control».
El verano por naturaleza impulsa al comportamiento de blanco o negro con la comida. O bien estoy haciendo dieta o no la estoy haciendo y como todo lo que se me pone por delante (lo cual causa culpa y vergüenza, y hace que vuelvas al modo dieta estricta) ¿Puedes identificarte con esta locura?
Pronto, el día de playa no se trata ya de la playa, el agua, la arena y el sol… si no que se trata de no comer nada en todo el día, sentirse demasiado gorda para llevar un bikini, y paralizada por lo que otros puedan pensar de ti con ese bikini.
La bbq familiar ya no va de divertirte con tu familia, si no de la fuerza de voluntad que deberás tener para no comerte todos esos hidratos, el ejercicio que deberás hacer antes para ganarte esas calorías extra y las críticas de esos familiares que sabes van a comentar lo que hay en tu plato o sobre tu peso actual.
Todos esos pensamientos son agobiantes y roban el 100% de la diversión. Ponemos esta presión sobre nosotras desde enero con los propósitos de año nuevo, continúa en las vacaciones y antes de que te des cuenta, te has pasado TODO el año viviendo con una inseguridad, con una ansiedad entorno a la comida y tu cuerpo, que te aísla, te hace infeliz y hace que te estés perdiendo mucho de esta vida.
¿Realmente quieres seguir así? ¿Qué tiene que cambiar? Mira a tu alrededor. Hay personas de todos los tamaños y tallas disfrutando sus vidas y disfrutando del verano. Tu también podrías. ¿Merece la pena seguir castigándote, solo por encajar en esos estándares sociales que alguien ha establecido, antes de poder ser una persona social, de jugar en la playa y de disfrutar de tus vacaciones? Bien, tu decides. Pero quizás pueda ayudarte…
A continuación te dejo lo que me ayudó a mi, y que sé puede ayudarte a ti también. Mis consejos no serán el secreto para perder peso rápidamente y entrar en el bikini, no, mi consejo va más allá, comienza contigo, con tu mentalidad y tu perspectiva.
1. Deja de obsesionarte con tu peso y la comida que comes.
Ya sea verano o no, te animo a que consideres cuantas veces, cada día, estás controlando lo que comes, cuanto pesas, como está tu estómago o tus muslos, comparando cuanto solías pesar y cuando pesas ahora, si te vale la ropa y cómo de infeliz eres con el cuerpo que tienes ahora mismo.
Pensar, controlar de forma excesiva todas estas cosas, además de ser enfermizo, hace que te bloquees y no puedas crear una relación intuitiva con la comida y una conexión positiva con tu cuerpo (qué es lo que sientes, compasión y apoyo a tu propio cuerpo vs a cómo nos vemos o cuanto pesamos).
Tenemos que comenzar a eliminar, echar todo ese ruido de nuestra cabeza, esos pensamientos que no nos hacen ningún bien, para poder así escuchar a nuestro propio cuerpo. ¿Anotas todo lo que comes, pesas tu comida y a ti? Quiero que te preguntes ¿por qué? Y considera cómo te sentirías si ya no lo hicieses, si te liberases de ello. Vivirás con mucho menos odio hacia ti misma, negatividad y sentimientos de que has fallado.
Comienza a celebrar otros aspectos de ti misma, como quién eres, qué te gusta hacer y que tipo de diversión querrías disfrutar este verano.
Habrá espacio para otras cosas además del deseo de comer y pesar menos.
Sé que da miedo, pero ¡rétate! ¿cuántas veces te has levantado sintiéndote bien, luego pones un pie en la báscula, no ves lo que querías y esto arruina tu día? ¿cuantas veces te has sentido bien, luego has mirado la app que te ayuda a controlar las calorías y has visto que has agotado todas las que te correspondían para el día, y te toca restringirte a pesar de que tienes un hambre atroz? Estos comportamientos eliminan la alegría de vivir, destruyen tu humor, te dejan atrapada en ese sitio donde no puedes crecer ni avanzar. Te hacen infeliz.
Este verano, comienza cada día escuchando a tu cuerpo. No lo compliques demasiado. Honra tu hambre, baja el ritmo, céntrate en cómo te sientes o quieres sentirte vs el número de la báscula y observa como tu humor y tu bienestar general comienzan a cambiar. Es con estos cambios que tendrás ganas de más y más eventos este verano.
2. No se trata de ti (se trata de ellos).
Sé como te sientes. Estás aterrorizado cuando tienes que ver a amigos y familiares después de que tu cuerpo ha cambiado. Puedes sentirte paralizada con la posibilidad de las críticas, y eso muchas veces me hizo decir que no y quedarme en casa. Prefieres quedarte en casa hasta que «recuperes tu cuerpo».
Este deseo de querer tu cuerpo de vuelta, puede hacer que pierdas amistades y te pierdas muchos eventos familiares. Hace que pongas tu vida y tu diversión en pausa. Sólo por el tamaño de tu cuerpo.
Quiero que lear bien esto: NADIE TE ESTÁ JUZGANDO A TI.
Se están juzgando a ellos mismos. En cualquier momento que alguien haga comentarios sobre tu cuerpo, peso o qué hay en tu plato, se están autoproyectando. Si es saludable, puede que te desanimen porque ellos no creen que pudiesen elegir opciones saludables sobre las que no lo son. Si es sobre tu cuerpo, puede que ellos odien el suyo, o se sientan inseguros o incómodos y estén intentando desmoralizarte para sentirse ellos un poquito mejor.
No se trata de ti. Y tu eres mucho más que solo tu cuerpo, peso o hábitos alimenticios.
Así que aprovéchate de esas otras cosas y hazlas brillar! ¿Eres graciosa? ¿Se te da bien contar historias? ¿Eres una buena oyente? ¿jovial? Se tu misma y disfrútalo. Si tu estás en tu luz y no en tu sombra… nadie tendrá nada que decir.
- Sí, esto es lo que yo voy a comer!
- Sí, este es mi cuerpo en mi bikini!
- Sí, no voy a permitir que nadie me pare y voy a disfrutar.
¿No te gusta mucho más esta versión de ti?
3. ¡La vida es corta! Cambia tu perspectiva y no desperdicies otro minuto.
Me he perdido un montón de cosas porque no me gustaba mi cuerpo, o tenía miedo de estar con otras personas porque no sentía que fuese lo suficientemente buena o me sentía insegura de mis capacidades
¡Y no quiero que esto te pase a ti!
Así que para comenzar a superar estos miedos que tienes, tienes que llenarte de la perspectiva que sí que quieres, para así eliminar eso que no quieres.
Este es el método que uso en las consultas privadas. Es mucho más sencillo, porque la realidad es que todos esos pensamientos negativos existen por una razón. Cómo creciste, que se te inculcó desde pequeña, la sociedad, el marketing, las redes sociales… lo mejor que puedes hacer para darle la vuelta, es poco a poco pero de forma segura, centrarte en algo diferente. algo más productivo, más positivo.
Puedes comenzar por aquí:
- Céntrate en qué te gusta de tu cuerpo, no en lo que no te gusta.
- Céntrate en qué estás haciendo y cuanto te estás divirtiendo vs tu peso o la comida.
- Céntrate en cómo te sientes y otros aspectos de salud vs la talla o el tamaño de tu cuerpo y el número de la báscula.
- Céntrate en ingredientes deliciosos de verano, una parrillada de verduras, melocotones jugosos, sandía super sabrosa… vs los ingredientes que temes comer.
- Sal y muévete, porque te hace sentir genial y disfruta del sol vs hacer cardio en el gimnasio solo para quemar calorías.
¿Qué te parece? ¿Te sirvió de ayuda? Comparte conmigo tus momentos ‘aha’.