Está claro, parece que de nutrición sabe todo el mundo, hasta el cuñado al que parece solo importarle el fútbol y los coches, opina sobre tu cuerpo, tu alimentación y te aconseja sobre lo que debes o no debes comer.
Como dietista mi trabajo (y mi pasión) es ayudar a mis clientes a alcanzar sus objetivos. Por experiencia personal se lo difícil que es a veces lograrlos. Entre mis clientes suelo ver que muchas veces eligen algo porque creen que es la opción más saludable, pero en realidad, esa elección solo les ofrece más dificultades y a veces incluso el no logro de sus objetivos.
Y es totalmente comprensible, hay tanta (demasiada) información ahi fuera sobre cómo debería ser nuestra alimentación que suele ser complicado saber que es lo que nos ayudará.
Estos son los errores más comunes que suelo ver en consulta y algunos consejos para evitarlos.
No comer postre (o algo que deseas)
Sí, no me he vuelto loca. No comerte ese postre que tanto deseas puede ser totalmente contraproducente.
No es cuestión de estar saludable solo físicamente, si no que también mentalmente es esencial. Y esto se consigue, disfrutando de las cosas que quieres sin sentir culpa, ansiedad o estrés.
Cuando no te permites comer ese postre que tanto quieres, la ansiedad que puede provocar es mucho peor a lo que te quieres comer, incluso si es el alimento menos nutritivo del mundo. La comida está para que la disfrutemos.
Cuando te restringes, acabas dándote atracones que te llevan a sentir más estrés, más culpa y más ansiedad.
Prueba esto: en vez de seguir reglas y restricciones estrictas, prueba la regla «la mayor parte del tiempo». Significa que la mayoría de las veces vas a comer alimentos naturales, nutritivos y que te satisfacen, y el resto del tiempo disfrutarás alimentos que te encanten y que pueden tener un punto nutritivo más bajo, pero que te aporta más disfrute y placer. Ya verás como será más fácil alcanzar tus objetivos si no te sientes tan ansioso con la comida.
Hacer mucho caso a los consejos en redes sociales (especialmente los que vienen de influencers)
Cada día hay un nuevo superalimento, un nuevo ingrediente o una nueva dieta de moda que necesitas incorporar en tu día a día para ser saludable. Las redes sociales hacen que comer de forma nutritiva y saludable sea mucho más complicado y confuso de lo que realmente es.
No hay atajos rápidos, ni pastillas mágicas, ningún ingrediente es mágico. Si quieres vivir una vida más saludable, lo primero que tienes que hacer es acallar todo ese ruido de las dietas, de la pérdida de peso y de los reclamos publicitarios milagrosos.
Prueba esto: recuerda que lo que ves en las redes sociales no es la vida real. Si parece demasiado bueno para ser real, es que no lo es. Bloquea todas esas cuentas que promueven dietas milagrosas, productos mágicos y cuerpos de infarto en una semana. Aliméntate a base de una gran variedad de verduras, frutas, legumbres, cereales integrales, proteínas y escucha a esos antojos dulces que tienes, duerme más y mejor. Esto nunca pasa de moda, no lo sentirás como una tortura y te permitirá vivir más y obsesionarte menos.
Centrarte demasiado en alcanzar tus objetivos
Como dietista no hay cosa que me guste más que cuando mis clientes alcanzan sus objetivos y se sienten empoderadas, energéticas y motivadas.
Una de las cosas que caracteriza al éxito de mis clientes es que no utilizamos la frase de «trabaja duro o vete a casa». Ese tipo de mentalidad tan centrada en el objetivo suele impactar en la autoconfianza, tu poder de concentración, te desconectas de si esos cambios satisfacen o no tus necesidades, de si te están haciendo sentir mejor…
Cuando te relajas, y disfrutas de todo el proceso, conectándote con cómo te sientes, el viaje de transformación será mucho más placentero y llegar al objetivo será más fácil.
Prueba esto: el autocuidado reduce el estrés y te permite estár más centrado y relajado lo que te permite tomar mejores decisiones y se refleja en cómo te sientes. Tomarte tiempo para descansar, recargar pilas, centrar el foco, puede ser lo que te falta para llegar allí donde quieres estar.
El autocuidado es cualquier cosa que te permite centrarte en ti en el momento presente, ya sea leer un buen libro, ponerte una mascarilla facial, darte un masaje, escribir un diario, meditar, dar un paseo en la naturaleza… cualquier cosa que te permita relajarte.
Tomarte demasiado en serio la preparación de comidas
Planearte tus comidas para la semana puede ayudarte mucho a alimentarte mejor, estar más organizada y perder menos tiempo pensando qué comerás o en cocinar.
Pero no significa que tengas que hacerlo todo tu. De hecho deberías hacer que cocinar y comer saludable sea más fácil. Ser tu rígida o intensa en la preparación de tus comidas puede añadir estrés en tu vida, puedes aburrirte de preparar siempre lo mismo y puedes terminar comiendo algo que no te aporte placer porque hace una semana pensabas que era buena idea…
Prueba esto: echa un vistazo a los semi-elaborados que te pueden ahorrar mucho trabajo. Legumbres cocidas, verduras cortadas, pescado en conserva… Estos productos te liberarán mucho tiempo y te permitirán preparar comidas de forma rápida. Por ejemplo unas judías blancas con alcachofas y gambas las puedes tener preparadas en menos de 15 minutos, si tienes los ingredientes semi preparados.
Pensar que para vivir saludablemente solo hay que prestar atención a la comida
Ninguna comida va a hacer que logres o que no logres tus objetivos de salud, ni siquiera las comidas de todo un día. No buscamos la perfección para alcanzar tus objetivos y recuerda que la imagen ampliada de una buena salud incluye mucho más que la comida.
Tu calidad de sueño, tus niveles de energía, el estrés, la actividad física que practicas, y tu salud emocional, todos juegan papeles esenciales en tu salud.
Prueba esto: en vez de centrarte solo en tu alimentación, tómate un minuto para comprobar contigo y hacer un pequeño scaneo de en qué otras áreas puedes hacer cambios para incrementar tu calidad de vida:
- ¿Cómo estás durmiento? ¿Podrías dormir mejor?
- ¿Cómo son tus niveles de estrés? ¿Cómo gestionas el estrés?
- ¿Haces ejercicio? ¿Cómo podrías estar más activa?
- ¿Cómo te valoras? ¿Qué opinión tienes de ti? ¿Cómo podrías quererte un poquito más?
Personalmente, cuando me muevo más, estoy más activa, todo el resto de cosas parecen caer en su lugar. El ejercicio ayuda a reducir el estrés y mejora tu humor al mismo tiempo. Además de que mejora los hábitos de sueño, los cuales reducen el estrés todavía más.