¿Pasas todo el día comiendo bien pero cuando llegas a casa no puedes controlarte y atacas esa comida que «no deberías» comer? ¿Comes de forma saludable durante la semana pero los fines de semana te pierden las patatas, la pizza, los dulces y las cervezas?
Si quieres saber cómo controlar un atracón y esas comilonas compulsivas, ¡sigue leyendo!
Te lo dice alguien que lo ha vivido en primera persona. No puedes simplemente suplicar por más fuerza de voluntad para dejar de comer compulsivamente o de comerte tus emociones.
Estos son algunos de mis consejos más efectivos para poder controlar los atracones.
1. Permítete comer los alimentos que desees.
Teniendo una lista de alimentos «prohibidos», lo único que conseguirás es hacerlos más tentadores.
Tienes que darte pleno permiso para comer de todo (esto no significa que lo vayas a comer).
Practica recordarte a ti misma: “Se me permite comer de todo. ¿Qué es lo que me apetece y necesito realmente?”.
Cuando confías en tu cuerpo y este deja de sentirse privado, dejarás de comerte las emociones y no tendrás la necesidad de atracarte con comida.
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2. Elimina las etiquetas.
Evite etiquetar la comida como «buena» o «mala». Esto lo único que hace es añadir un juicio de valor a la comida.
Cuanto comas algo que has catalogado como «malo», te estas llamando a ti misma «mala». Esto te crea unos sentimientos de culpabilidad increíbles, que hacen que te enfades contigo misma, lo cual derivará a que comas todavía más comida, y no menos…
Por eso esas expresiones de «eso es bueno», «eso es malo», «he sido buena» o «he sido mala» son muy perjudiciales.
La comida no es más que comida, que puede ser más o menos nutritiva, pero no te hacen mejor o peor persona…
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3. «Normalizar» los alimentos prohibidos
Evitar los alimentos «malos» cuando estás con otras personas, solo hará que más tarde los comas en privado, a escondidas.
Para dejar de comer emocionalmente, y controlar tus atratones, tienes que permitirte comer esos alimentos desencadenantes en público.
Eso significa pedir extra de queso en tu ensalada, tomar una helado con un amigo o decir sí al postre cuando te lo ofrezcan.
4. Come en la mesa, apaga la tele.
¿Has oído hablar del experimento de Pawlow con un perro, una campana y un trozo de carne? Son las señales asociativas y lo mismo le pasa a tu cuerpo cuando comes delante de la televisión… Tu mente recibe la señal de que cuando oiga la tele, te sientes delante de ella, es hora de comer, y se encargará de provocarte hambre y ganas de comer.
5. No intentes controlar tu peso
Tener como objetivo perder peso, impedirá que lo logres.
Cambia el enfoque y fíjate otros objetivos más positivos como establecer una relación saludable con la comida, sentirte más enérgica, con más vitalidad…
Cuando tienes una relación sana con la comida, dejarás de comer compulsivamente y podrás contorlar tus atracones.
6. Cambia la culpa por la curiosidad.
Un atracón no es un fracaso, es simplemente la forma en que tu cuerpo trata de llamar tu atención y decirte algo.
Sentirse culpable, enfadada y prometer «compensar mañana» hará que vuelvas a restringirte, lo que provocará otro atracón.
Deja de luchar contra tu cuerpo y aprende a escuchar lo que está tratando de decir. Ésta es la única manera de detener los atracones.
Siempre hay una razón por la que te das un atracón, intenta averiguar por qué.
7. Busca por un buen apoyo para dejar de comer compulsivamente.
Es difícil dejar de comer compulsivamente y emocionalmente sin un buen apoyo.
No es necesario «esforzarse más», es necesario probar algo diferente.
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