A menudo buscamos la perfección. Intentamos el trabajo perfecto, o la ropa adecuada para lucir perfectos, queremos la casa perfecta y los amigos perfecto. Probamos el yoga ‘perfecto’ o la meditación para así poder andar en un camino perfecto de sanación. Pero esta idea de perfección a menudo crea confusión. Estamos asustado de cometer errores por miedo a perder esa perfección. Cuando aspiramos a lo perfecto, cualquier cosa menos que perfecto, lo que es la mayoría de cosas, son juzgadas, desprestigiadas o pensamos en ellas de forma negativa.
Pero si hay algo que quieres cambiar en tu vida, tendrás que darte un ligero empujón fuera de tu zona de confort y tolerar algo de imperfección. Esto nos asusta a la mayoría. ¡Por algo se llama zona de confort! Sin embargo, ningún cambio se producirá si te quedas en el mismo lugar siempre.
Todos tenemos nuestras razones y justificaciones, escusas de porqué no hacemos cambios. Defendemos nuestros comportamientos, justificamos nuestra falta de acción o culpamos a otras personas de porqué estamos atrapados. Nos quejamos de que es muy duro o abandonamos porque lleva mucho tiempo.
Perfeccionismo, procastinación y parálisis son los tres peores inhibidores del cambio. Muchos de nosotros tenemos tendencia a querer pasar los primeros cien años de vida arreglando todos los problemas, y los próximos cien años realmente viviendo.
Tal inclinación a evitar riesgos, a evitar hacer algo mal, solo nos impide hacer cosas que realmente podríamos disfrutar, y nos impide las prácticas habituales que nos hacen progresar.
Hay muchas razones por las que nos atascamos en nuestra rutina y no hacemos cambios, pero la razón más común es el miedo. El cambio puede dar miedo, puede ser abrumador, es desconocido y no siempre tenemos la garantía de que sea lo que esperábamos o queríamos. ¿qué pasa si fallas o te equivocas?
Para crecer y hacer cambios, tenemos que estar dispuestos a arriesgarnos al fracaso. Tienes que estar dispuesto a hacer el trabajo duro. Y el trabajo más duro es salir de tu zona de confort. Si no estás dispuesto a equivocarte, no puedes esperar progresar para aprender a hacerlo bien.
Y esto ocurre en cualquier área de tu vida que quieras cambiar: salud física, emocional, relaciones, trabajo… cualquier cosa.
Y el clave real es que no puedes salir de tu zona de confort solo una vez, tienes que continuamente empujarte fuera de ella. Se que es muy fácil desanimarse porque con la primera vez no viste el cambio que esperabas, sé que es difícil, pero es la clave, tienes que seguir intentándolo si realmente quieres ver un cambio.
He de reconocer que yo misma soy una persona que suele vivir en su zona de confort (aunque siempre claro, depende de con quién me compares), pero a veces me dan ‘arrebatos’ impulsivos y salgo de mi zona de confort. Es lo que me pasó hace un par de días cuando hice mi primer Instagram Live… ¿Me salió perfecto? NO. ¿Me trabé con las palabras y me gustaría que se pudiese grabarlo de nuevo? SI. Pero reflexionando sobre ello, puede que no sea el mejor directo de la historia, pero lo hice y he aprendido mucho de ello. Tuve la suerte de contar con dos super amigas que me apoyaron hasta el infinito y estuvieron ahí conmigo, escondidas detrás de la cámara y esto me ayudó mucho y lo hizo hasta más especial, y también por la confianza y ánimos de Nuria Coll, la fundadora y directora de Soy Como Como. Me quedo con la emoción de los preparativos, el subidón, la alegría y la satisfacción del después, por no decir del super poke bowl que nos comimos al terminar 🙂
A continuación te dejo con los tres pasos que tienes que dar si quieres salir de tu zona de confort y crear un cambio en tu vida:
Identifica que es exactamente lo que quieres cambiar.
¿Cómo puedes llegar donde quieres si no sabes donde estás yendo? Permíttete visualizar la vida que quieres para ti mismo. ¿Donde está el problema y qué quieres conseguir? Haz una visión de la vida que quieres vivir, centrándote en como quieres sentirte. Desde esa visión, puedes identificar las áreas de tu vida que necesitan especial atención y seguramente un cambio.
Pasa a la acción.
Especial mente una acción contraria a la que sueles hacer. Por ejemplo si quieres mejorar tu salud cardiovascular, comienza a correr. Si ya solías correr, comienza a correr más deprisa. Si, es duro. Si, sería más fácil tumbarte en el sofá con un buen libro, pero necesitas comenzar a cambiarlo! Si quieres mejorar tu autoconfianza, sal de tu zona de confort, de tus conversaciones negativas y críticas hacia ti mismo y repítete afirmaciones positivas, incluso si es realmente incómodo y difícil hacerlo.
Y finalmente, continúa haciéndolo.
Si te has comprometido con los pasos uno y dos, después de un tiempo, esta nueva acción no será más un reto y se convertirá en tu zona de confort. Tienes que continuar empujando las barreras de tu zona de confort si quieres continuar con el crecimiento y el cambio. Y esto es lo que espero hacer, el otro día hice mi primer Instagram live y trabajaré para que no sea el último J
Creo que todos podemos seguir creciendo y cambiando. El crecimiento es un viaje de por vida que nunca termina. Date permiso para seguir esforzándote, para seguir luchando para ser imperfecto con algo, sigue abriéndote un poco más y continúa creciendo porque, si no, lo único que estarás haciendo será ¡privándote de todo tu potencial!